La automedicación tiene alcances insospechados para quienes incurren en esta práctica. No sólo porque al recetarse un medicamento, se manejan muchos más factores que los síntomas: también se tiene en cuenta condiciones como presión arterial, riesgos asociados, y mucho más.
Una conferencia realizada la semana pasada por la Organización Mundial de la Salud concluyó que avanzamos hacia un mundo sin antibióticos, ya que al usarlos tanto, las infecciones son cada vez más resistentes y eso llevará a que en unos años, un simple rasguño sea mortal. ¿La solución? Dejar hoy la automedicación, y frenar el uso indiscriminado de los antibióticos