Tras el escándalo internacional de los implantes mamarios de la empresa francesa PIP, las inyecciones para eliminar las arrugas provocan inquietud, porque el sistema de control que las fiscaliza es muy poco estricto.
El diario británico «The Times» lanzó un llamado de alerta esta semana, indicando que hay «160 productos inyectables contra las arrugas autorizados a la venta en Gran Bretaña», contra solamente «seis autorizados a la venta» en Estados Unidos.
Estas inyecciones -que no deben de ser confundidas con el Bótox, que paraliza temporalmente los músculos- contienen gelatinas a base de ácido hialurónico, reabsorbibles por el organismo en un lapso de entre 3 a 24 meses, y pueden traer consecuencias futuras desconocidas hasta hoy