Oír bien no sólo es necesario para comunicarnos con el resto, sino también está relacionado con nuestro equilibrio. De acuerdo con una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins, perder 25 decibeles de audición -una pérdida leve- triplica las caídas.
Estas conclusiones son producto de un estudio que siguió durante cuatro años a más de dos mil personas, con edades entre 40 y 69 años.
Las posibles explicaciones son que al no oír bien, las personas pierden conocimiento sobre su entorno, lo que facilita que se tropiecen y caigan. La marcha y el equilibrio son cosas que mucha gente da por sentadas, pero en realidad son muy exigentes cognitivamente, concluye el equipo