El sólo hecho de pensar en probarse un bikini o un traje de baño echa a perder el ánimo del 82 por ciento de las mujeres, según lo prueba un estudio realizado en Australia, sobre situaciones que estresan exclusivamente al género femenino.
El departamento de sicología de la Universidad Flinders descubrió que el 70 por ciento de las mujeres se ponen irritables cuando deben entrar a un probador de ropa de una tienda, sin importar el tipo de prendas a probarse, ya que la cantidad de espejos les pone insegura e irritable.
El mismo estudio concluyó que la ropa que ellas más odian probarse es el traje de baño, sea de una o de dos piezas.