La obesidad ya es considerada, según la Organización Mundial de la Salud, la nueva epidemia a combatir.
Pero hay algo que tener en cuenta: no sólo debemos fijarnos en las calorías de lo que ingerimos, sino también, en la manera que funciona nuestro cerebro.
Según un estudio realizado en la Universidad de Luebeck, Alemania, hay una directa relación entre las funciones cerebrales y la cantidad de comida que se ingiere.
Eso significa que para atacar el sobrepeso, no sólo se debe poner atención a la dieta y al ejercicio físico.
La razón estaría dada en que en los obesos, el cerebro no recibe bien la energía de los alimentos que consume, por lo que constantemente pide calorías extras para suplir esa deficiencia.
El complejo problema de la obesidad, un desafío para enfrentar desde todos los ámbitos.
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