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Este argentino es uno de los fundadores del rock en español, pero también un reconocido baladista, que con sus sensuales movimientos sobre el escenario, enardecía a sus “nenas”.
Los padres de Sandro, cuyo nombre real es Roberto Sánchez, quisieron bautizarlo con este apodo artístico pero los funcionarios del registro civil no lo permitieron.
De raíces húngaras por parte de padre, Sandro, “el gitano”, comenzó a tocar la guitarra a los 13 años, edad en la que también deja los estudios.
Para 1960, Sandro forma el grupo Los Caniches de Oklahoma, grabando la primera canción rock de su autoría, llamada “Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina”.
En los ’70 da un vuelco a su carrera y Sandro, ahora solista, canta baladas románticas, las que se transformarían en su sello. Pero, el gitano, continuaría imitando los pasos de Elvis Presley hasta convertirlos en propios.
Sus fanáticas, denominadas “nenas”, respondían a sus gestos, arrojando al escenario ropa interior.
Para 1998, el bonaerense que publicó 52 álbumes y participó en 12 películas, es diagnosticado con un enfisema pulmonar crónica, por su gusto por el cigarro.
Posteriormente, Sandro sería trasplantado de corazón y pulmón, operaciones que le provocarían una septicemia por la que sería operado en otras cinco ocasiones.
El 4 de enero de 2010, tras una intensa lucha, Sandro fallece en el Hospital Italiano de Mendoza. Fuera del recinto asistencia, varias de sus “nenas” lloraron y se desmayaron al saber la noticia… El cantante tenía 64 años.