Nuestra vida sexual pasa por etapas donde el deseo es alto, y a veces casi desaparece.
Según la experta norteamericana Jennifer Landa, estas fluctuaciones son normales, y tienen que ver con nuestro ritmo de vida, alimentación, e incluso con nuestra salud, ya que si el cuerpo se enferma, lo primero que “apaga” es la función sexual, para dedicar esas energías a mejorarse.
Para incentivar el apetito sexual, los expertos recomiendan hacer ejercicio, aprender a relajarse, y mantener abiertas las puertas de la comunicación con la pareja.
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