La relación de Miguel Bosé con la prensa nunca ha gozado de una buena salud.
Más bien, se puede definir como ires y venires, plagados de amor y odio. Esta situación se agudizó tras el nacimiento de sus gemelos, que vinieron al mundo rodeados de un halo de secretismo.
Ahora, parece que el cantante ha superado su fobia a las preguntas de los medios y no duda en hablar abiertamente sobre sus hijos Diego y Tadeo.
Según las palabras de la estrella, bañar a sus niños, darles de cenar, sentarse a ver los dibujos animados y meterlos en la cama, son las actividades que se han convertido en el mejor panorama.