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Hoy, 03 de agosto, este cantante que trabajó en una joyería valenciana, hubiese cumplido 68 años.
Nino Bravo, nacido con el nombre de Luis Manuel Ferri Llopis, paralelamente a su trabajo en la joyería Casa Amat, participa en el trío musical Los Hispánicos.
La afición le costaría el trabajo y para su mala suerte el trío se disolvería.
Más tarde, el vocalista de la banda Los Superson deja la agrupación tras sufrir un accidente automovilístico, sería la oportunidad para que Bravo lo reemplace definitivamente.
Para finales de 1968, tras un paréntesis para cumplir con su servicio militar, Nino vuelve a los escenarios como solista y consigue un contrato discográfico.
Un año después, alcanza la fama con una canción que, a pesar de haber sido grabada por Raphael, Lola Flores y la actriz Carmen Sevilla, nunca había salido al mercado.
Fue así como consigue un éxito arrollador con “Te quiero, te quiero”. Desde entonces, su carrera solo iría en ascenso hasta el 16 de abril de 1973, cuando el cantante -padre de una niña llamada Amparo- emprende un viaje fatal por la carretera camino a Madrid.
El cantante, quien acompañaba en su auto nuevo al Dúo Humo a una grabación, tomó mal una curva, saliéndose de la carretera y dando varias vueltas de campana.
A pesar de ser trasladado rápidamente a un hospital, fallece dejando un legado musical aún vigente.
El 2006, en la población valeciana de Ayelo de Malferit, se funda el Museo Nino Bravo, espacio dedicado a mantener vina la memoria de uno de los cantantes españoles más emblemáticos de la década del ’70.