Pues la respuesta de los científicos es un “no”, ya que estudios realizados por la afamada antropóloga estadounidense Helen Fisher señalan que el amor tiene fecha de vencimiento.
La razón sería que los químicos que dan vida a este sentimiento a nivel corporal dejan de hacer efecto con el tiempo.
Así, durante el enamoramiento el cerebro segrega altos niveles de dopamina, norepinefrina y testosterona, que provocan fuertes sensaciones de placer y felicidad, pero es una sobrecarga química que el cuerpo no puede aguantar por mucho tiempo, por eso la intensidad del enamoramiento termina por desvanecerse…