El estudio dejó que un grupo de estudiantes escogiera la música que los hacía “más felices” y luego les hizo escuchar música estresante, sonidos para relajación y bandas que provocan risa para comparar su efecto sobre el sistema vascular.
El resultado sorprendió a los investigadores, pues el diámetro de los vasos sanguíneos medido en la parte alta del brazo, se ensanchó 26% con la música favorita, mientras que con los otros sonidos los vasos se encogieron un 6%…