Uno de los enemigos silenciosos más dañinos de la piel del rostro es la contaminación ambiental.
Resequedad, falta de luminosidad y la sensación de tener una tez opaca y envejecida son algunas de las consecuencias de vivir rodeados de smog.
Por eso resulta vital seguir una rutina de limpieza de la piel cada mañana y noche con productos específicos.
Además no hay que olvidar aplicar un tónico luego de limpiar, para así cerrar los poros y evitar que la contaminación penetre.
Y un último consejo: hay que tomar al menos dos litros de agua al día, ya que ésta es la mejor manera de ayudar a la purificación del organismo y por ende también de las células de las dermis…