La música no es sólo una maravillosa forma de compañía y de evocar lindos recuerdos. Nuevos estudios han comprobado su poder benéfico sobre el organismo. Por ejemplo, quienes se ejercitan al ritmo de la música, aumentan su motivación, y mejoran un 20% su rendimiento físico. Además reduce el estrés, pues una canción lenta disminuye la frecuencia cardíaca, regula la presión sanguínea y el ritmo de la respiración, lo que sería especialmente beneficioso en pacientes operados. En el caso de los niños, la música facilita el desarrollo intelectual, auditivo y sensorial, pues les ayuda a expresarse y relacionarse con el entorno y con sus pares.
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