Así lo asegura una investigación realizada por Universidad de Michigan, que comprobó que cada vez que sentimos rechazo social o nos invade la soledad, el cerebro produce sustancias opioides, que permiten disminuir la sensación de dolor actuando como un analgésico natural.
El hallazgo resulta importante para los investigadores pensando en el tratamiento de personas con depresión, que podrían encontrar aquí un nuevo camino para combatir la enfermedad…