El limón puede tener efectos muy positivos sobre nuestra piel, aunque debe ser usado con precaución.
Por ejemplo, sus propiedades astringentes permiten regular los niveles de grasitud en el cutis y de esta forma ayudar a cerrar poros y evitar espinillas.
También ayuda a blanquear las manchas oscuras de la piel producidas por la exposición al sol o los cambios hormonales, y si se mezcla su jugo con un poco de azúcar y se frota suavemente por el rostro, es un poderoso limpiador y exfoliante.
Eso sí, hay que tener en cuenta dos cosas: el limón puede volver más sensible la piel a la los rayos del sol, por lo que se recomienda eso que lo mejor es aplicarlo de noche.
Y puede irritar un poco si se usa puro, por eso lo mejor es diluirlo con algo de agua…