Fueron un dúo inolvidable.
Personificaron, en alguna medida, el sueño americano, pero también las contradicciones de una sociedad…
Karen Carpenter, tenía una voz blanca, casi pura y sobre la que ejercía un dominio admirable.
Su hermano Richard, hacía los arreglos musicales que armonizaban perfectamente con la voz y creaban un sonido único. A poco andar se convirtieron en uno de los grupos más populares de la historia, vendiendo más de 100 millones de copias en todo el mundo.
Pero la presión de la fama insegurizó tanto a Karen, que se obsesionó con estar delgada al punto que la anorexia nerviosa la llevó a la muerte en 1983, cuando apenas se empinaba por los 32 años…
Su música, es hoy el mejor legado de The Carpenters…