Al parecer, los días nublados y lluviosos llevan a aumentar la productividad en el trabajo o al menos así lo afirma el profesor de márketing de la Universidad de Nueva York, Adam Alter, citando algunos estudios al respecto.
El académico se basa en que los días grises tienden a bajar el estado de ánimo, por lo que es natural que busquemos oportunidades para levantarlo y una de ellas es, justamente, concentrarse en una tarea y buscar nuevas soluciones.
Al contrario, los días soleados no representan una amenaza, por lo que no hay necesidad de pensar demasiado.