Si tienes problemas con tu piel por culpa de esos antiestéticos brillos, entonces consigue una papa y jugo de tomate. Con eso estarás lista para combatir esa luminosidad que aparece por exceso de grasa y acné.
Partamos. Primero hierve una papa y, cuando esté lista, a molerla con un tenedor. Le agregas el zumo de tomate y te quedará una pasta. La mezcla la aplicas en las afectadas -frente, nariz y barbilla-. Deja reposar por media hora y evita el contacto de la mezcla con los ojos y labios. Si aplicas este remedio casero una vez a la semana le dirás adiós a esos odiosos brillos.