Cuando llevas bastante tiempo con una persona detectas ciertos gestos que indican las emociones o el estado de ánimo. Muecas y tiritones sirven como pistas. Pero hay un sentido que también ayuda: el olfato humano.
El miedo, la ansiedad, vergüenza o dolor nos hacen sudar. Eso se puede captar mediante el olfato y sin darnos cuenta. Un grupo de científicos de la Universidad de Utrecht, en Holanda hizo el experimento. Los investigadores le pidieron a un grupo de mujeres oler muestras de sudor. Las observaciones llevaron a que, al olfatear, el rostro expresó la misma emoción que originó la transpiración.