Cuando una persona sufre un infarto se cree que después no puede tener tanta actividad sexual. El motivo: la constante agitación puede fallarle nuevamente el corazón. Pero una publicación estadounidense del Journal of the American College of Cardiology derribó el mito.
La investigación sostuvo que, tener sexo, equivale a subir dos escalera de varios escalones o hacer un paseo a buen ritmo. Para llevar a cabo el estudio se analizó la respuesta de 536 personas entre 30 y 70 años que sufrieron un ataque al corazón. No fue todo, el 0,7% confesó que tuvo sexo una hora antes del ataque y el 78% tuvo su último encuentro un día antes del suceso. Ya lo sabes: si tienes ganas y puedes, no te aguantes.