Charles Spencer contó detalles desconocidos de la trastienda del día del funeral de la llamada «princesa del pueblo».
El 31 de agosto de 1997 el mundo entero se paralizaba al enterarse de la trágica muerte de Diana de Gales, en un accidente automovilístico en las calles de París.
Su funeral se transmitió en vivo a todo el planeta y una de las imágenes que quedó en la retina de millones de personas fue la de unos pequeños William y Harry, (de 15 y 12 años respectivamente), caminando detrás del ataúd de su madre.
A casi 20 años de ese momento, Charles Spencer, hermano de la llamada «princesa del pueblo», rompe el silencio y entrega detalles desconocidos de la trastienda de ese día.
Según Spencer, él no estaba de acuerdo con que los hijos de Diana tuvieran que hacer la caminata.
«Me mintieron y me dijeron que ellos querían hacerlo, algo que naturalmente no fue así», señaló en una entrevista al programa de radio Today de la BBC.
Para el hermano de la princesa, esa experiencia fue una de las más difíciles que ha tenido que vivir. «Fue de lejos la peor parte del día, caminar detrás del cuerpo de mi hermana con dos niños que obviamente estaban extremadamente acongojados por su madre», señaló.
Para él, exponer a William y Harry a una situación así fue «algo grotesco y cruel». Incluso, reconoce que hasta hoy tiene pesadillas producto de lo vivido.
«La sensación, la inmensa oleada de dolor que se estrellaba contra ti cuando penetrabas este tipo de túnel de profundas emociones, fue realmente desgarradora y es algo que todavía me produce pesadillas», aseguró.
Las palabras de Charles son apoyadas por declaraciones que hace un tiempo realizó el propio príncipe Harry, quien señaló que ningún niño «debería ser obligado a hacer eso».
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