El cantante y bailarín español fue encontrado muerto a los 46 años en un centro vinculado a los servicios sociales. Nadie allí sabía que había sido una estrella.
En el más completo anonimato. Así fue la muerte, a los 46 años, del cantante y bailarín español Santos Blanco, conocido por ser el rubio del grupo Locomía. Tras conocerse la noticia de su fallecimiento el pasado viernes, ahora se filtraron dolorosos detalles sobre las condiciones en las que vivió sus últimos días.
El artista, que conoció el estrellato en la década de los ochenta, murió en una situación de pobreza. Blanco fue encontrado muerto en una habitación del Albergue Covadona, una institución benéfica adscrita a los servicios sociales, de Gijón, en Asturias. Allí nadie sabía que había sido un cantante famoso.
Con temas de tecnopop y estética glam como «Rumba Samba Mambo» o «Loco mía», el rubio y sus compañeros alcanzaron fama mundial, llegando a participar en festivales como el Viña del Mar de 1992, donde se produjo la entrada de Santos Blanco en sustitución de Juan Antonio fuentes.
Jordi Tarrés, el manager actual del grupo, fue el encargado de dar la escasa información sobre su fallecimiento, puesto que nadie quería hacer declaraciones porque estaban «en shock». «Falleció en Gijón, donde residía, por causas naturales, no se despertó», consigna La Nueva España. Este medio también cuenta que Blanco había ido a Gijón en busca de trabajo, pero no ha trascendido si estaba enfermo o fue un paro repentino.
Tarrés había sido quien había confirmado su muerte en las redes sociales la semana pasada: «Por mala suerte, hoy toca despedirnos de un ser único que dejó una huella imborrable. El cielo se viste de gala para recibir a un ángel que danzará y brillará con luz propia», fueron las palabras con las que despidió al rubio de Locomía.