A más de un mes de su boda, Meghan Markle ya está instalada en sus citas reales.
La duquesa de Sussex ya ha tenido seis eventos oficiales, incluyendo uno en solitario con la reina Isabel II. La esposa del príncipe Harry ha pasado casi todas las pruebas de los críticos, salvo el vestuario que llevó al matrimonio de la sobrina de Lady Di, el cual dijeron que le quedaba grande y no era apto para esta ceremonia.
Sin embargo, esta no ha sido la única acción que no convenció a la prensa. En el último evento oficial del pasado martes, Markle llegó junto a su esposo Harry, para acompañar a la reina Isabel II en un encuentro de un grupo de jóvenes lideres en el palacio de Buckingham.
Para esta ocasión, los duques de Sussex, junto a la reina, posaron para una fotografía oficial en uno de los salones del palacio. No obstante, fue nuevamente Meghan quien se llevó todas las miradas.
La exactriz cometió un desliz que según los expertos lo catalogaron de «imperdonable». En la imagen se ve a Meghan en la primera fila con las piernas cruzadas. Esta acción está prohibida en la realeza, ya que se considera de mal gusto. Además que es una de las primeras reglas que tendría que haber aprendido.
Myka Meier, fundadora de «Beaumont Etiquette» y experta en protocolo, comentó a la revista «People» que lo realizado por Markle es: «El error más grande que una dama puede cometer”.
Lo curioso es que en eventos oficiales anteriores, Meghan había dominado a la perfección esta regla. Tal y como se pudo observar en su visita a Cheshire, donde se comportó de manera impecable.