La duquesa de Sussex utilizó un color de vestido con el que dividió a los críticos.
Desde que se casó con el príncipe Harry que Meghan Markle ha estado en la mira de todos los críticos de la realeza europea. Y es que la actriz norteamericana se ha saltado en varias ocasiones el protocolo real. Esto porque ella viene de otra esfera donde no se tiene conocimiento de todos los detalles de las costumbres de la monarquía británica.
En el último tiempo una de las reglas que rompió fue cruzar las piernas, acción que está prohibida. Sin embargo, en el evento de la celebración de los 100 años de la «Royal Force», Meghan asistió con un vestido que no convenció a los críticos. Y esto no precisamente por el modelo, sino por el color.
La duquesa de Sussex lució un elegante vestido de la casa de modas «Dior», en color negro. El problema está en que el protocolo real dicta que este color solo se lleva en funerales y ceremonias póstumas.
Todo parece indicar que con estas acciones, Markle está tratando de romper con los rígidos códigos del protocolo real.