Quienes tienen mala memoria, optimizan recursos de su cerebro olvidando información irrelevante, y reteniendo lo más útil
Toda la vida nos han dicho que tener mala memoria es una característica negativa. De hecho, el cine también lo ha reflejado de esta manera, mostrando a personajes que no son precisamente una lumbrera, como Dory del universo de Nemo y Lucy de «Como si fuera la primera vez».
Ser olvidadizo suele ser relacionado a un menor coeficiente intelectual, pero ahora un estudio de la Universidad de Toronto muestra que en realidad es todo lo contrario: Olvidar es una señal de inteligencia.
Según la investigación de Paul Frankland y Blake Richards, quienes la publicaron en el Neuron Journal, ser más inteligente va de la mano con poder observar, retener lo relevante y olvidar lo que sea necesario para tomar decisiones en el futuro. O sea, olvidar es en realidad un mecanismo de «optimización» del uso de nuestra memoria.
Según el estudio, dejar ir algunos detalles que ya no son importantes ayuda a tomar mejores decisiones en el día a día, y facilita la generación de nuevos pensamientos en las conexiones neuronales, reemplazando la novedad por lo ahora inútil. En otras palabras, hacer espacio para nuevos conocimientos que sean efectivos a la hora de afrontar nuevos desafíos, recoge Upsocl.
Los profesionales determinaron que nuestro cerebro, y en particular el de personas más inteligentes que el resto, es más eficiente a la hora de organizar esos recuerdos, y así también tener una imagen en general de las situaciones que deben resolverse diariamente, y de la misma manera, aplicar los conocimientos más adecuados a cada obstáculo que deba superarse.
En conclusión, un cerebro que olvida ocasionalmente es señal de una memoria sana. Así que alégrate, ser olvidadizo no es tan malo como creías.