La actriz mexicana Edith González, que falleció el miércoles pasado, le dejó una última carta a su hija Constanza, de 14 años.
Recordada por sus papeles en Doña Bárbara, Salomé y Corazón Salvaje, la actriz de 54 años fue diagnosticada con cáncer hace cuatro años.
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Al enterarse del agresivo cáncer que padecía, Edith González informó primero a su pareja, Lorenzo, y a su hija Constanza, quien en ese entonces tenía 11 años.
Desde que su mamá se enfermó, Constanza comenzó a dormir a los pies de su cama, para no dejar sola a su madre en ningún momento.
El año pasado, Edith González le escribió una emotiva carta a su hija, con motivo de su cumpleaños número 13. Ésta sería la última que la pequeña recibiera de su mamá, la cual se puede considerar como su carta de despedida:
«Un día anunciaste tu llegada, dominando mi cuerpo, transformándolo. Sin falsos sentimentalismos sentí tu crecimiento. Tu llegada fue fuerte, delicada, esperada, hermosa. Al surgir de mi vientre me hiciste entrañable, me hiciste madre. Y yo pude sostener en mis brazos a un ser que, sin sospechar las profundidades de la maternidad, ingenuamente pensé podría moldear», comenzó la mexicana, quien además no deseaba tener hijos después de los 40, y fue sorprendida con la llegada de Constanza.
Agregó: «poco a poco me has enseñado que los padres no podemos más que aspirar a ser guía, en el mar inmenso que es la vida. Este mar que amas y del cual te ha tocado surfear grandes olas y de cada reto sales con gracia e inteligencia».
«No amor, la vida no es fácil, más es cabronamente hermosa. Tú tienes un corazón muy determinado, una inteligencia aguda y un espíritu generoso. Estoy tan llena de ti, tan orgullosa de ti, de verte valiente construyendo una identidad amorosa, alegre, fuerte y comprometida», continuó.
«Constanza, mi Constanza mi niña, mi ternura, mi cielo, mi corazón, mi todo y sin embargo eres tuya; tanto como cuando decides trepar una ola y hacerla tuya, dominar el horizonte, retar la energía del agua y realizar tus anhelos»siguió Edith González.
«Eres una niña hermosa, sólo puedo decir gracias por permitirme ser tu madre, velar tu sueño y ver en ti el milagro de la vida. Constanza, tomadas de la mano recorramos el mundo, al fin y al cabo somos polvo de estrellas» finalizó en la emocional carta a su hija.