Sin duda que todos quisiéramos llegar a los 93 años y seguir viviendo una vida tan activa como la de la Reina Isabel. La monarca sigue siendo una de las figuras políticas y mediáticas más importantes del mundo y no deja de llamar la atención con lo que hace. Y la mejor muestra de su popularidad ocurrió el fin de semana pasado en el castillo de Windsor, cuando se le vio montando un caballo, uno de de sus pasatiempos favoritos. La Reina fue fotografiada montando a un equino, exclusivamente a su pony Fell.
La Reina Isabel se lució haciendo un poco del deporte ecuestre acompañada de su novio Terry Pendry. Vestida con un largo abrigo de color azul marino, un pañuelo en la cabeza y lentes de sol, la reina demostró que la edad no es un impedimento para realizar una de sus actividades favoritas y que sigue más activa que nunca.
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La monarca siempre ha sido una gran aficionada a la disciplina ecuestre. Practica este deporte desde muy temprana edad y nunca lo ha dejado de lado. Es más, su primer caballo lo recibió a los 4 años, un pony Shetland. Siguiendo en esta línea, el año pasado se le vio cabalgando tan solo unas horas después del nacimiento de su bisnieto, el príncipe Louis.
Tan apasionante ha sido el contacto de la Reina con este deporte que le ha entregado este legado a varios miembros de su familia, como por ejemplo, su hija, la princesa Anne. Tal fue su encanto por el deporte que se terminó convirtiendo en la primer miembro de la realeza británica en participar en unos Juegos Olímpicos (Montreal, 1976).
Por otro lado, su nieta Zara consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres (2012), como miembro del Equipo de Eventos de Gran Bretaña.