José Tomás Vicuña, Director Nacional del Servicio Jesuita Migrante, se refirió a la situación que está viviendo el cité de la comuna de Quilicura, donde 33 personas se encontraban contagiadas de coronavirus.
“Aquí el peligro no es la migración, es el racismo y si bien el coronavirus no distingue entre personas, yo he visto estos días a personas que sí distinguen. O salimos de ésta de manera unida o no vamos a hundir», señaló José Tomás Vicuña, Director Nacional del Servicio Jesuita Migrante, en relación a la situación de hacinamiento que se está viviendo en un cité de la comuna de Quilicura, de donde fueron trasladas 33 personas contagiadas por COVID-19.
Confirmó que al interior de este lugar había personas de distintas nacionalidades, como chilenas, haitianas, colombianas y dominicanas con quienes tuvo la oportunidad de conversar. En la ocasión, algunos expresaron su molestia al sentirse discriminados. “Cuando yo llegué los vecinos estaban tirando piedras hacia adentro. Después había mucha confusión y falta de información. Por eso, mientras más información mejor”, señaló Vicuña.
El representante del Servicio Jesuita Migrante corroboró que “Ellos lo que tienen es una pieza, 88 en el cité y cobraba la persona entre 10 y 150 mil pesos por piezas de menos de 10 o 15 metros cuadrados. Había temor de que los vecinos les quemaran sus piezas”, agregó. Respecto de su rol en la operación, José Tomás Vicuña explicó que, “Junto a la Seremi de Salud estuvimos toda la tarde conectados e incluso tuve un par de llamados con el Ministro de salud, Jaime Mañalich quien me prestó el apoyo y se lo agradezco porque como fundación estamos justamente para eso”, recalcó.