Uno de los actores más recordados de la teleseries chilenas de los ochenta y noventa es Eduardo Barril, quien ahora ya está alejado de la pantalla chica. Pero eso no impidió que fuera invitado al podcast de teleseries chilenas, series y películas, Reyes del Drama.
El espacio lo invitó para su especial de teleseries ochenteras, donde hablaron de «La noche del cobarde» (1983), donde su papel era uno de los sospechosos de haber violado a Dalia Venezzia (interpretada por Jael Unger).
Sus recuerdos de la teleserie
Barril recordó que en esa época se sorprendió como la ficción afectaba a la audiencia, quienes a veces confundían la realidad con la ficción.
«A mi me gustaba mucho caminar por el Cerro San Cristóbal en esa época y una vez me tocó arrancar porque la gente me perseguía tirándome piedras porque creían que yo era el villano de verdad», dijo entre risas.
¿Lo más chistoso? El personaje de Barril, llamado Darío, ni siquiera era el verdadero culpable, sino que era el personaje de Luis Alarcón. «Yo era un santo inocente», aclaró el intérprete.
Sobre cómo eran las producciones de ese entonces, él recuerda que había una gran exigencia de parte del fallecido guionista y actor Arturo Moya-Grau, quien escribía escenas que tenían más de ocho páginas. Y todo lo debían aprender a la perfección.
Su salida de la TV
En una vez anterior que estuvo en podcast, Eduardo Barril contó por qué se distanció de las teleseries, aludiendo a que ‘no hay diálogo’.
Igualmente, dijo que hubo un episodio clave que le sucedió en un área dramática que provocó esta decisión.
«No pude resistir. Nadie hablaba con nadie, todos contra el tiempo, quejándose, mirando el reloj. Me fui. Llevaba diez días trabajando el personaje, vestuario, textos, pero duré tres días. Fue superior a mí», reveló.
Por último, lanzó una sentida reflexión. «Me descolocó este ambiente tan frío y lejano con gente con la que yo había trabajado en TVN y ahora estaban en puestos muy altos en este otro canal y ni siquiera son capaces de bajar a saludar. Hay un olvido, no cautelan el producto final, no respetan ni al público», dijo.