Trabajar desde casa seguro tiene sus ventajas y, de alguna forma, es un sueño. No tienes que lidiar con el viaje de todos los días a la oficina, puedes vestir lo que quieras, no tienes que tolerar a compañeros insoportables y puedes trabajar bajo tu propio horario.
Sin embargo, también tiene sus dificultades, especialmente porque se hace más difícil separar tu vida laboral de tu vida en el hogar. Ahora debes organizar el tiempo para cocinar, también para atender a tus hijos o hijas y mucho más.
¿Cómo seguir siendo productiva a un año de que cambió esta rutina? Aquí te damos algunas ideas para hacerlo:
Haz tiempo para interactuar con tus compañeros desde tu casa
Cuando estás trabajando en un ambiente de oficina, estás rodeada de compañeros, pero cuando trabajas desde casa, estás sin interacción humana por un buen rato. Haz tiempo para comunicarte con otros compañeros. Quizá trabajes sola, pero también eres parte del esfuerzo de un trabajo de equipo.
Mantén tu espacio de trabajo separado
Tienes un escritorio, pero terminas trabajando en la mesa de la cocina, en el sofá, o en el peor de todos, tu cama. Es fundamental tener un espacio en tu casa que sea solamente trabajar.
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Crea una rutina
Pon una alarma cada mañana, establece un tiempo para empezar a trabajar y apégate al tiempo que establezcas. Crea una rutina para empezar el día que imite a la rutina de la oficina. Crea un flujo en tu día, escríbelo, y apégate a él.
Vístete para la ocasión aunque estés en tu caso
¿Puedes levantarte y trabajar en pijama todo el día? Sí, pero ¿deberías? No. Programamos a nuestro cerebro para comportarse según lo que vestimos y, como los pijamas están asociados con dormir, puede que no sean la mejor elección.
Mantente responsable
Establece una lista de objetivos que quieras completar cada día y ponlo en un lugar para que no sólo los recuerdes, sino que también te obligues a cumplirlos.