Hoy se cumplen 48 años desde que el cantante español, Nino Bravo, falleció a los 28 años. Si bien solo pudo cantar 4 años de manera profesional, grabó más de 60 temas. Estos hasta el día de hoy son parte de las listas populares de baladas románticas.
Luis Manuel Ferris Llopis buscó triunfar desde muy joven. Durante algunos años parecía, pese a su obstinación, que no lo iba a lograr.
Sin embargo, una vez que una de sus canciones se convirtió en un éxito, la sucesión de hits fue imparable. Y en ese momento también pareció que acontecería algo que luego no sucedió: que dominaría el mundo de la canción durante décadas.
Pero rara vez las cosas salen como se las planea. El 16 de abril de 1973, un accidente automovilístico en el momento de su apogeo terminó con su vida.
A pesar de ser extremadamente famoso en España y Latinoamérica casi nadie sabía que se llamaba Luis Manuel. Todos lo conocían por su nombre artístico: Nino Bravo.
Ese cambio fue sugerido por su representante Miguel Siurán; Nino estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para destacarse. Cambiarse el nombre era lo de menos.
Los inicios del cantante
Su carrera comenzó de muy joven. Probó suerte con el trío Los Hispanos y como cantante principal del grupo Los Superson. Varias discográficas importantes lo rechazaron hasta que al cumplir 25 años.
En 1969, firmó contrato con Polydor, la discográfica hizo uno de los negocios más redituables de su vida; desde hace 50 años se venden las grabaciones que registró entre 1969 y 1973.
El primer lanzamiento pareció que era más como un precalentamiento, una manera de foguear al cantante y de ir haciéndolo conocido lentamente en el mercado.
Lo hicieron grabar una canción que hacía unos meses venía circulando pero que no había tenido demasiado éxito.
Escrita para la película argentina Kuma Ching, para que la cantase su actriz principal Lola Flores. La canción «Te quiero, te quiero» de Augusto Algueró había pasado sin pena ni gloria. En poco tiempo también había sido versionado por Carmen Sevilla y Raphael pero seguía sin explotar. La versión de Nino Bravo, de manera inesperada, se convirtió en un gran suceso.
Aquí, el cantante comenzó una carrera en la que encadenó éxito tras éxito. Fueron casi cuatro años en los que los compositores le alcanzaban sus temas con la ilusión de que él los cantara. Eso podía salvarlos económicamente para siempre.
«Un Beso y una Flor», «Cartas Amarillas», «Noelia», «América, América», «Esa será mi casa», entre otros, fueron sus impactos más importantes.
Una de las más afamadas y de las que luego tuvo mayor cantidad de versiones fue Libre, grabada unos pocos meses antes de su muerte y escrita por José Luis Armenteros y Pablo Herrero.
Los dos músicos habían liderado el grupo Los Relámpagos unos años antes y luego se habían abocado a trabajar en la industria discográfica como descubridores de talentos y firmando canciones populares que interpretan una gran cantidad de artistas. Para Nino Bravo la dupla también firmó «Un beso y una flor» y «América, América».
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Las presentaciones de Nino Bravo
Una de sus mejores estrategias fue utilizar los festivales como plataformas de lanzamiento.
Participó dos veces en la selección del festival de Eurovisión. La primera en 1970, con el tema “Esa será mi casa” que no logró llegar a la final. El siguiente se presentó con “Pasaporte a Dublin”, que alcanzó el tercer puesto.
Asimismo, en 1970 también se presentó en las III Olimpiada Mundial de la Canción, en Atenas, donde logró un meritorio cuarto puesto con “El Adiós”.
Después de eso viajó a Río de Janeiro para presentarse en el V Festival de la Canción de Río de Janeiro, con «Elizabeth».
Al año siguiente, en el verano de 1971, encandiló a la audiencia del Festival de Viña del Mar, en Chile, que no lo dejaba irse del escenario hasta que agotó el repertorio que tenía ensayado con la orquesta.
América latina se rendía a sus pies. En abril de ese año debutó en Argentina; se presentó en un programa especial con Argentino Ledesma, en Canal 9 y comenzó así, una relación estrecha entre el público argentino y el cantante.
En 1972 volvió a presentarse en el Festival de la Canción de Río de Janeiro donde empata con Mi tierra.
Semanas después lanzaría su álbum Mi tierra, con uno de los éxitos más rotundos de su carrera Libre, escrita por José Luis Armenteros y Pablo Herrero, del grupo Los Relámpagos, para ser interpretada por Nino.
El adiós
La mañana del lunes 16 de abril de 1973, Nino Bravo, acompañado por su guitarrista José Juesas Francés, y Fernando Romero y Miguel Ciaurriz, del Dúo Humo, partieron temprano de Valencia hacia Madrid para hacer unos ajustes en un próximo sencillo del Dúo Humo, al que Nino representaba.
El viaje decidieron hacerlo en el auto de Nino, un BMW 2800 L de 1970, comprado de segunda mano en Canarias.
Tras casi dos horas de trayecto, pararon a reposar. A los pocos kilómetros de retomar el viaje, en el término municipal de Villarrubio (Cuenca), de la N-III, el vehículo se salió de la carretera en una curva famosa por sus siniestros y dio varias vueltas de campana.
Los músicos que lo acompañaban salieron ilesos pero el cantante falleció de camino al Hospital. Apenas tenía 28 años pero con decenas de canciones grabadas era ya un ídolo de la música melódica.
Nino Bravo perdura en el tiempo y numerosos grupos han rescatado su música para reinterpretar algunas de sus canciones.