Germinar una semilla es despertarla después de una larga siesta, luego de que el sol la secó para que se conservara por sí sola.
Germinar es darles vida. Gracias al agua, al aire, la temperatura y, en algunos casos, la tierra; las semillas comienzan a brotar para querer ser una planta. En los germinados están concentrados miles de nutrientes.
En tu cocina, con un poco de voluntad y los utensilios necesarios, puedes tener un pequeño huerto estupendo.
No hay nada más hermoso que ver las semillas crecer y comer lo que, con tu cuidado, has logrado.
Hay muchas formas para germinar; con germinados de barro, plástico o eléctrico; con coladores, bolsas de tela, platos o frascos de cristal.
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Beneficios de germinar en casa
Los germinados aportan una gran cantidad de nutrientes y compuestos. Como la vitamina C, B, E; clorofila, enzimas y fibra.
Además, ayudan a tu flora intestinal a regularse, a mejorar las digestiones y posee un alto poder antioxidante.
Junto con esto, son remineralizantes, desintoxicantes, fortalecen las defensas, estimulan el metabolismo, lo depuran, son rejuvenecedores y regulan el sistema endocrino.
Lo mejor de todo, son muy fáciles de cuidar y súper económicas.
Manos en la semilla
Una de las formas más sencillas de germinar es en un tarro de cristal, y ahora te mostraremos cómo hacerlo.
¿Qué necesitas?
– Semillas: puede ser alfalfa, soja verde, fenogreco, lentejas, entre otras.
– Un frasco de cristal de boca ancha
– Una goma elástica
– Un trozo de tela o rejilla que deje pasar el agua (mosquitero).
– Agua
Paso a paso
Mete las semillas en el frasco. Tapa la boca del frasco con la rejilla y rodéala con la goma para que se aguante bien. Añade bastante agua y deja en remojo durante una noche u 8 horas.
Después escurre el agua, vuelve a poner agua, remueve y escurre de nuevo.
Ahora coloca el frasco en diagonal (por ejemplo dentro de un plato hondo o en un escurridor de platos). Asegúrate de que las semillas no tapan toda la boca del frasco, para que pueda entrar el aire. Cubre el frasco con un trapo.
Cada día vuelve a meter agua y enjuagar (si el ambiente es seco hazlo dos veces al día). Durante los primeros días tapa el frasco con un trapo. Después deja el frasco sin trapo para que entre la luz y se forme clorofila. Tardarán en germinar entre uno y siete días, según la semilla.
¡Y listo! Ahora puedes añadirlo a tus ensaladas, sándwiches, crepes, sopas, y más.
Hay muchos tipos de semillas, cada una con un proceso similar al que hemos visto. Y también se pueden germinar legumbres y granos; cada uno con sus características y nutrientes particulares.
Cosas a tener en cuenta
Clima
Cuanto más calor haga y cuanta más humedad haya en el ambiente más rápido crecerán los germinados.
Si el ambiente es muy caluroso deberás tener especial cuidado, pues las semillas se pueden pudrir. Si tu clima es muy húmedo, necesitarás menos agua para regar.
Por lo contrario, en lugares más secos quizás tendrás que duplicar las veces de riego al día.
Calidad
Recomendamos semillas de agricultura ecológica. Incluso así, puede que algunas no germinen.
Lo ideal es que no tengan ningún rastro extraño y retirar las semillas dañadas o partidas, ya que pueden estropear el resto del cultivo. Mejor que no tengan más de 2 años.
Conservación
Guárdalas preferiblemente en un frasco de cristal o en sobres, en un lugar seco y oscuro.
Para conservar las semillas ya germinadas lo ideal es que no estén muy húmedas. Puedes guardarlas en un recipiente con tapa hermética en el frigorífico.
Mucha atención
Tienes muchas posibilidades para germinar: alfalfa, berros, brócoli, cebolla, chía, fenogreco, garbanzos, trigo, rábanos, lino, mostaza. Pero las que no te recomendamos son las denominadas solanáceas; como la de tomate, pimiento o berenjena.
También puedes germinar la tierra y de esta manera obtendrás los llamados microgreen.