Del sexo en pandemia se ha hablado demasiado, y entre todos los comentarios que salen a relucir muchos son incorrectos, pues hombres y mujeres creen que sus propias experiencias reflejan lo que les pasa a los chilenos dentro de las sábanas.
Matrimonios, parejas, amantes y amigos con ventajas… Nadie se salva de la radiografía que hace la sexóloga Pancha Buzeta, quien habla con propiedad de lo que pasa; porque es ella quien recibe en sus consultas, on line por supuesto, a los pacientes que lo están pasando mal en el complejo “arte de amar”.
La especialista tuvo una respuesta absoluta cuando le pregunté cómo calificaría la vida sexual de los compatriotas en época de coronavirus… Sin inmutarse me dijo: “La pandemia vino a desnudar lo que ocurría realmente en las pieles nacionales. Las parejas que creían que estaban bien, no era así y las que pensaban que estaban muy mal, tampoco era para tanto”.
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“Polvo Mecanizado”
Menuda confesión, aunque con harto que desmenuzar para entender. Lo que pasa queridas lectoras, es que cuando Chile era “la copia feliz del edén», los días corrían de manera vertiginosa; es decir, todos nos despertábamos temprano para ir al trabajo, luego de la pega a la casa, estando ahí teníamos que hacer mil cosas, lo que implicaba quedar raja y quedarse dormida; para tener la misma rutina al día siguiente.
El cambio a veces lo generaba el fin de semana, quizás una salida a comer, el asado donde un amigo o el cumpleaños de alguien, jolgorio que hacía que al llegar a casa hubiese sexo. Luego del despliegue de calentura o amor se apagaba la luz y buenas noches.
Esa situación que puede escucharse como un “polvo mecanizado”, sin embargo, Pancha Buzeta me dice que el tiempo que se le da a la conquista es mínima; así como a una buena previa, tampoco a los juegos y para qué hablar de las conversaciones sinceras acerca del “que me gusta”, “que quiero” y “que me desagrada”.
La llegada de la cuarentena
El tiempo en casa dio la opción para más encuentros sexuales, pero con el poco andar ambos involucrados no los sentían placenteros; y no es que la forma de hacerlo había cambiado, sino que, ninguno se detuvo en la calidad, porque la tarea era cumplir con uno de tantos trámites.
Así como la canción de Emmanuel todo se derrumbó, porque tales “circunstancias” hicieron que: las mujeres más empoderadas exigieran una mejor performance de su compañero; porque, erróneamente, creían que solo de ellos era la responsabilidad.
De esa manera, estos hombres exigidos en la pega, la casa y en la cama se estresaron y dejaron de sentir deseo; y en caso de intentarlo, a más de alguno se le declaró una disfunción eréctil. Mujeres frustradas en busca de orgasmos, pero que muchas de ellas ni siquiera habían sentido en sus mejores tiempos.
No se podía seguir escondiendo “el mal polvo bajo la alfombra”, por eso la sexóloga y muchos otros profesionales como ella comenzaron a recibir a estos ofuscados amantes.
“Lo primero es dejar claro que el principal órgano sexual que tenemos es el cerebro. Desde ahí comienza todo y es el que comanda la opción de experimentar el disfrute. Si tenemos claro eso derribamos la creencia que el sexo es solo con genitalidad”, dice la Pancha. Agregando que “el otro punto fundamental es la comunicación, es decir, el espacio creado por la pareja para sincerarse respecto a sus gustos. Nadie es adivino y si yo presumo lo que le encanta a mi partner, puede resultar un rotundo fracaso. Uno no tiene porque tener certezas, por eso es bueno decir o preguntar, ya que entre más clara sea la información, mejores serán los resultados”.
La tarea para muchos se hizo grande, muy especialmente para los hombres que han lidiado con el estigma de tener que ser “potros salvajes” y ojalá contar con un órgano viril que a simple vista aumente la temperatura… ¡Qué peso en la mochila más innecesario si las mujeres no pedimos centímetros ni orgasmos de películas porno! Ese lastre machista es solo de ellos y los esclaviza, restandoles la libertad de abandonarse al goce.
Mujeres, hay que conocerse
A las mujeres tampoco se les ha dado fácil, muchas han crecido pensando que tocarse no es correcto, es más lo catalogan de poco decente e higiénico. Esa creencia con tanto olor a naftalina lo único que ha generado es que se desconozca el inmenso potencial de sentir placer, incluso más que los hombres, al contar con mayores terminales nerviosos en ciertos puntos determinados.
Aunque no lo creas, muchas no han sentido un orgasmo en sus vidas y si lo han tenido no han podido identificarlos. Ojo que no estoy hablando de tu abuelita, esto no es rollo de edad, sino de desinformación e ideologías heredadas que aseguran que la masturbación no es de señoritas.
En el fondo los terapeutas mandaron a los chilenos a hacer la pega: conocerse, jugar, tocarse, incorporar durante el sexo aceites, aromas, velas, música, seducción, miradas; y por sobre todo dejar fuera del dormitorio las preocupaciones y los hijos; ya que ese espacio es de dos seres sexuales, no del papá, la mamá, el trabajador o la proveedora.
Esta realidad que involucra a parejas que viven o no dentro del mismo espacio no se parece a la realidad de los solteros; no porque ellos sean expertos teniendo sexo, sino que, vivieron otras experiencias en pandemia, entre ellas no tener un compañero (a) sexual; por lo que se vieron en la necesidad de encontrar el placer en juguetes sexuales, encuentros furtivos con personas que encontraron en aplicaciones de citas; coqueteos varios por chat, sexo virtual y un festival de intercambios de fotos y videos eróticos.
La sexualidad está para disfrutarla
En el año y medio “estilo Covid”, y a pesar de una sexualidad mayoritariamente deficiente entre los chilenos, se generó una paradoja; y es que en las farmacias y tiendas ad hoc se quedaron a ratos, por su alta demanda, sin preservativos, pastillas del día después, lubricantes, anticonceptivos, test de embarazos, juguetes sexuales y medicamentos con Sildenafil (Viagra, Cialis, Stendra).
La sexualidad está para disfrutarla, por eso que con todos los beneficios que tiene para el cuerpo, la mente y el alma no podemos “farrearla”. Trabajémosla para nuestro bien, permitamos pasar el límite de los correcto, lo decente y lo bonito. Este es un acuerdo entre dos y su tipo de práctica solo ponen las reglas los participantes.
Y tal como indicó la sexóloga; el cerebro es el líder de la batuta, por lo tanto, es lo primero que debes estimular en ti y en el otro … ¡Lo afrodisíaco es estimular los sentidos, las ganas y el abandonarse hacia el placer!.