Diversos medios en Argentina dieron a conocer, hace algunas semanas, la dura historia de un profesor de 27 años que falleció producto del coronavirus.
Durante los días que estuvo hospitalizado, el docente lanzó varias reflexiones en torno a la actual pandemia.
De acuerdo al reporte del diario argentino La Voz, Guillermo Javier Migliorini había adquirido la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19; pero no había podido completar el proceso debido a la escasez de éstas en la ciudad de Mar del Plata.
Fue el pasado 18 de abril cuando el profesor escribió en sus redes sociales respecto a su estado de salud, mientras permanecía internado en un centro de médico con síntomas graves.
“Desde el martes sé que estoy con Covid, los síntomas: fiebre muy alta que no se baja y dificultad para respirar. Lamentablemente, mi hermano mayor también presentó síntomas y por lo tanto continúa aislado en su pieza. A pesar de todo, se ocupó siempre de cuidarme y llevarme a la guardia cuando los síntomas arreciaban”, indicó en ese momento.
“Anoche entré en internación porque no saturaba bien. Tengo mucha fe en los profesionales que me cuidan, y en las personas que me quieren y están tirando rezos, oraciones y buenas energías”, agregó.
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“Lo peor de la pandemia es el egoísmo”
En la misma publicación de redes sociales, Migliorini se refirió a las insistencias de autoridades locales por volver a las clases presenciales en el contexto actual de pandemia.
“Si viajas al cole en auto, piensa en quienes usan colectivo, con las ventanas totalmente cerradas. Si vas al colegio en Mar del Plata, piensa en cuánto falta para que lleguen los fríos, las heladas y nos obliguen a tener que mantener las clases muertos de frío (nosotros y los chicos)”, indicó.
Tras eso expuso otra reflexión: “La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación”.
El fallecimiento del profesor se produjo el pasado 15 de mayo, por complicaciones derivadas del Covid-19. Luego de conocerse esto, desde el colegio donde laburaba, expresaron su admiración por el trabajo realizado por el docente.
“Era un ejemplo de profesor; comprometido profundamente con la sociedad de su tiempo y con todos sus alumnos. Un trabajador de la educación entusiasta y siempre alegre”, escribieron.