Hoy en día es muy importante introducir en la crianza de nuestros hijos e hijas una cultura real, para criar niñas empoderadas y niños respetuosos.
Ante esto, es esencial lograr eliminar algunas conductas cotidianas que se denominan como Micromachistas.
Para saber más de este tema, conversamos con Yolanda Pizarro, experta en temas de equidad de género; mentora en el programa de “Comunidad Mujer” e integrante de la plataforma de especialistas “Hay Mujeres”.
Lee: Savka Pollak tuvo que trasladar de urgencia a su hija por accidente doméstico
El micromachismo
Primero que todo, Yolanda Pizarro explica que el micromachismo es parte de este gran paraguas negativo qué es la violencia de género. La cual afecta tanto a mujeres como a hombres, pero que en su mayoría es contra la mujer.
De acuerdo a la experta, “los micromachismos son formas sutiles de violencia hacia la mujer, que también afectan a las niñas”.
Esto, comenta, porque las niñas crecen con este micromachismo y afecta en el fortalecimiento de su autoestima. Además, “en algún minuto puede llegar a afectar su equilibrio psicológico y emocional cuando estás perduran en el tiempo”.
Yolanda Pizarro cuenta que este micromachismo puede parecer imperceptible, incluyendo gestos, miradas, estrategias y comentarios; marcando una forma de violencia hacia la mujer.
Por ejemplo, si hay una cena y una joven usa un lenguaje coloquial, de su edad, y su padre o algún hombre le dice ‘esas no son formas de hablar como señorita’, se crea un mensaje entre líneas que es muy potente.
Deconstrucción de la violencia
Según Yolanda Pizarro, cuando uno se cría en un entorno machista, se comienza a cuestionar la realidad. Por esto, hay que comenzar a desarmar estos sesgos que vienen del machismo.
“Otra frase muy común es cuando dicen ‘eres bonita y además eres inteligente’”.
Por esto hay que “empezar a deconstruir desde la violencia simbólica, que es la que vemos en los medios o en la televisión. La mujer es guapa, es claramente inteligente y puede estar instalada en cualquier caso de toma de decisión”.
Entonces las niñas pueden ser lo que quieran ser, “sean rubias, morenas, altas, bajas o con un peso distinto”.
Leer también:
Pamela Díaz llega a TVN con programa propio
"Pamela Díaz, actual panelista en Me Late; seguirá en el espacio de espectáculos pero ahora también llegará a las pantallas de TVN"
Un estereotipo marcado
Otro tema del que habla Yolanda Pizarro es el “estar gordita”. Los sesgos y estereotipos respecto a la belleza que tienen que tener nuestras niñas y adolescentes.
“Todas deben saber lo duro que es que sus adolescentes estén marcadas en un estereotipo de belleza y que ellas no quepan en este estereotipo de belleza”.
Ante esto, la experta habla sobre la publicidad que vemos en el día a día, donde si bien hay marcas que han roto con los estereotipos, otras siguen mostrando un supuesto “ideal”.
Rompiendo y acabando con todo esto, según explica Yolanda Pizarro, es como se acaba con el micromachismo.
Mujeres empoderadas
A pesar de que el micromachismo está inserto tanto en el hogar, entre amigos y en el trabajo, muchas personas no creen en este concepto o piensan que es una exageración.
Para aquellas personas, la experta les dice que este término se creó en 1991, por un hombre, Luis Bonino Mendez, un psicólogo y psicoterapeuta argentino. Él creó este término, y lo denominó micro porque “son frases o actitudes que están presentes cotidianamente, pero están dentro de este gran marco de violencia que sufren las mujeres”.
A pesar de esto, hoy día las mujeres están mucho más empoderadas. “Hay un movimiento de mujeres, hay un movimiento feminista, hay un movimiento que estuvo en la calle, justamente para develar este tipo de violencia que sufrimos las mujeres. Por lo tanto, la sociedad empieza a ponerle atención a este tipo de situaciones que particularmente, si no le ponemos atajo en la etapa de preadolescencia y adolescencia, vamos a criar niñas con una autoestima muy baja; y eso va a surtir en que sean susceptibles de otros tipos de violencia, en el pololeo o en relaciones de pareja”.
Micromachismo en el trabajo
A veces se dan ciertas situaciones con compañeros de trabajo que nos hacen “doler la guata”, porque nos sentimos incómodas por algo que dijo, pero que dejamos pasar.
“Hagámosle casa nuestra guata. Las mujeres en ese contexto somos distintas a los hombres. Cuando a una le empieza a incomodar, y empieza a pensar ‘no es que tuve que haber entendido mal’ pero es la tercera vez que se entiende mal; hay que ponerle atención”.
Yolanda Pizarro explica que de todas maneras existe el micromachismo en el trabajo, pero hay que tener ojo, ya que esto se puede transformar en acoso laboral.
Leer también:
A 12 años de la muerte del Rey del Pop: Michael jackson, su vida, sus polémicas, sus éxitos
"Todos conocemos la menos una canción de MJ, por eso hoy te invitamos a recordar su historia y polémicas de su vida antes y después de morir"
“Yo creo que hay que ponerle atención porque parte con frases como las que ya he mencionado, o ‘señorita está un poco corta la falda’ ¿Porque tiene que influir el largo de mi falda en cómo me voy a desempeñar en el trabajo? Cuando eso se reitera en el tiempo, ese micromachismo pasa a ser parte de un acoso laboral, al cual hay que ponerle atención”.
A veces, esas sensaciones las dejamos pasar por temor a perder nuestro trabajo, pero antes que perder el trabajo, no se debe perder la dignidad.
“Una tiene que ser capaz de enfrentar esta situación cuando transita de micromachismo a acoso laboral; sin entrar en la otra etapa del acoso sexual, que es mucho más complejo”.
Debemos apoyarnos entre todas
Quizás en este momento muchas mujeres sufren de micromachismo, sintiendo ese malestar en el estómago que puede ser muy desagradable, y no pudiendo salir de ese círculo vicioso.
Por esto, la experta dice que lo más importante, antes que cualquier cosa, es ser conscientes de lo que sucede. Luego, entender que hay muchas otras que han pasado por lo mismo, por lo que es muy importante apoyarnos entre nosotras.
Desde ahí se puede armar una fortaleza colectiva para poder enfrentar esta situación. Finalmente, hay herramientas de tipo legal que nos protegen para evitar vivir este tipo de situaciones.