Aunque no lo creas, es igual de importante cuidar tus actividades tanto antes como durante y después de hacer ejercicio.
Previo al entrenamiento hay que preparar el cuerpo para que rinda al 100% y una vez terminado hay que hacer lo necesario para que el organismo se recupere del desgaste.
En este punto, hay varios errores que se suelen cometer después de hacer ejercicio y que minimizan los resultados, por lo que hoy te decimos cuáles son para que los evites a toda costa. ¡No dejes que se conviertan en un obstáculo para tu salud y figura!.
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No comer nada o comer muchas calorías
Para que los tejidos se recuperen, se construya el músculo y se potencien los beneficios del ejercicio; es importante comer una dosis moderada de alimentos ricos en proteínas, carbohidratos de fácil digestión y grasas saludables después del entrenamiento.
Por ejemplo, un bowl de avena con fruta, un pan integral con aguacate y atún o una taza de yogur con nueces.
La clave es alimentarte con snacks nutritivos y evitar cometer el error de no comer nada después de hacer ejercicio o comer de más. Los alimentos que son un gran no son: barritas energéticas, cereal y pan de caja, yogur con azúcares, galletas, papas fritas, comida rápida, etc.
No beber suficiente agua
Si estás acostumbrada a no tomar nada en tu post-entrenamiento, ¡estás cometiendo un gran error!.
De acuerdo a Healthline, rehidratarse después del ejercicio mejora la flexibilidad, desarrolla la fuerza y previene el dolor muscular. Eso sí, hay que evitar las bebidas con azúcares, estimulantes y alcohol; como refrescos, jugos, bebidas energéticas o cócteles; porque tienden a deshidratar y desequilibrar el cuerpo.
Lo ideal es beber al menos 450 ml de agua natural o té luego del ejercicio.
Terminar el ejercicio sin estiramientos
Otro de los errores más comunes después de hacer ejercicio es terminar la rutina y salir directamente a continuar con las actividades, sin dejar un tiempo de enfriamiento.
Esto puede provocar dolor muscular, mareos, tensión, lesiones y poca movilidad, razones por las que es necesario hacer estiramientos o movimientos de relajación al final de la rutina.
Verás que practicarlos durante 10 o 15 minutos regulará el ritmo cardiaco y te dará tranquilidad física y mental.
No ducharse ni cambiar de ropa
Durante el ejercicio se liberan toxinas, la piel y el cuero cabelludo sudan y la ropa entra en contacto con la suciedad del piso y contaminantes del ambiente.
Si al finalizar el entrenamiento nos quedamos con el mismo atuendo todo el día, creamos un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias, mal olor y problemas cutáneos como el acné.
La buena noticia es que puedes prevenir todo esto al darte una ducha después de entrenar o bien, al cambiarte la ropa, lavar tu rostro, aplicar desodorante y colocar un shampoo en seco si no puedes darte un baño completo.
Inténtalo y verás cómo tu piel, cabello y bienestar se transforman para bien.
No darte un tiempo para ti
Sabemos que la rutina del día a día puede ser tan ajetreada que no te dé mucho tiempo para meditar después del ejercicio; pero créenos, es importante que te tomes unos minutos para ti tras entrenar.
Aunque sean 5, utilízalos para agradecerle a tu cuerpo por permitirte moverte, hazle cumplidos a tu silueta, relaja tu mente y planea tus próximas metas fitness y de salud. De esta manera serás más consciente y no te estancarás en el proceso.