Las mujeres hemos ganado terreno en todo y eso nadie lo puede discutir, incluso en espacios que se les daba a los hombres porque eran “expertos y entendidos”. Sin embargo, en el asfalto automotor nos estamos haciendo cada día más seguras y con excelentes resultados.
Fierros, neumáticos y caballos de fuerza
Eran conceptos de los que no entendíamos nada, la necesidad de trasladarse en algún vehículo se ha vuelto algo imperativo y necesitamos conocer de motor, chasis, espacio, suspensión y autonomía, así no nos pasan gato por liebre.
Desde el segundo semestre del año pasado la demanda por adquirir autos en Chile aumentó y con ello subieron también sus precios.
Con la pandemia estaban restringidas las salidas de barcos que traen distintos modelos de carros en su mayoría de Europa y Asia. Así ganaron terreno los vehículos usados que aprovecharon de elevar sus precios. La gente y muchas mujeres comenzaron a emprender y eso hizo que tuvieran que andar motorizadas. Además, nadie quería subirse al transporte público por miedo al contagio.
Si agregamos el retiro el 10 % de las AFP se generó el boom. Desde julio a diciembre de 2020 la industria automotriz presentó cifras alegres e inesperadas para la situación mundial y para fines de 2021; se calcula que las ventas tendrán un alza del 70% respecto del año pasado.
Conductoras…
Tenemos las pistas tomadas, una de cada 4 choferes somos mujeres, algunos pueden decir que es algo inferir el número, pero la explicación está en que nosotras en su mayoría usamos licencia tipo B o de “uso personal”, no clase profesional ni especial (ambulancias, camiones o tractores).
Ahora hablando de estilo y elecciones de vehículos puedo decir que “las mamis”, y sin un afán peyorativo, tienen obsesión por las SUV que a mi juicio son cómodas y seguras. Pero gastan demasiado en combustible y en bencina. Asimismo, las mantenciones y los permisos de circulación no son necesariamente baratos… para que decir que sus modelos son la atención para los delincuentes expertos en el tan popular ‘portonazos’.
Aparentemente no soy fan de las SUV, pero eso es una mañosería personal. Prefiero los City car, cómodos, lindos diseños, funcionales y gastan poco en casi todo, menos en estacionamientos, que lata ese tema; pero no es harina de este costal.
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La mujer y la industria automovilística
Por otra parte, las mujeres nos hemos vuelto muy atractivas para la industria, especialmente las ejecutivas con alto poder adquisitivo. Deciden cómo y cuándo darse el lujo de comprarse un auto moderno de alta gama. Ellas sí que saben de autos, ya que a la hora de elegir preguntan por todo, esto dicho por los propios vendedores de las concesionarias. Son quisquillosas y más racionales que los hombres, que cuando se enamoran de un auto no pierden un segundo en tomar la decisión y se los llevan con la mirada.
Entre las cosas que priorizamos a diferencia de ellos son el espacio de la maletera, diseño, seguridad y prestaciones útiles como lugares donde dejar el café, celular, cartera y todo lo que necesitamos trasladar… solo una confesión, les puedo decir que en mi auto tengo de todo “por siaca”: ropa, cinta adhesiva, maquillaje, crema, bolsas, comida de perros por si me encuentro uno callejero y artículos de clientes a quienes les llevo las RR.SS.
Díganme que no es irritante la frase de los hombres “mujer tenía que ser” y la tienen en la punta de la lengua cuando nos estacionamos de cola o vamos a la velocidad que indica la norma. Están convencidos que siempre nos vamos maquillando y si ponemos intermitente a la izquierda giraremos a la derecha.
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Lamento decirle que un estudio realizado por Automóvil Club de Chile, reveló que los hombres tienen más accidente que nosotras (580 vs. 55), porque su conducta al volante es más impetuosa, son más exhibicionistas, manejan habiendo bebido alcohol y van a mayor velocidad.
Nosotras conducimos más a la defensiva y somos menos temerarias al preocuparnos por quienes van de acompañantes.
Lo otro que te quiero contar es que “subimos de estándar” porque hoy somos valoradas como agentes activas frente al volante y no como copilotos. Hemos crecido chicas, ya que en los años 90, de cada 10 compradores de vehículos nuevos, apenas uno era mujer. Actualmente nosotras representamos el 40% de consumidores de la industria automotriz. Pasamos de influir hasta un 80% en la decisión de compra de un vehículo, a elegir nuestro propio auto familiar o el de su pareja.
En cuanto a colores preferimos en un 78% tonos claros como blancos, plateados, champagne o beige. La razón es práctica; se ensucian menos que los oscuros.
Para terminar, quiero hacer un poco de historia y es que gracias a nosotras es que los vehículos de hoy tienen espejo retrovisor, el limpiaparabrisas, el intermitente, la calefacción y prestaciones que tienen que ver con la seguridad. Elementos no menores para el confort y manejo seguro, los que fueron inventos de mujeres aventajadas de épocas donde éramos casi invisibles.