Típico que uno ve una guagua y le habla como si también fuera una… y si ella balbucea, inmediatamente le decimos ‘AGUUU’, con la mejor sonrisa.
Peligro de extinción
Precisamente de esos seres pequeñitos hablaré hoy. Están en peligro de extinción, sí, como lo oyen pero sólo si se mantienen la baja cantidad de nacimientos en Chile. Que dicho sea de paso, muestran una sostenida reducción desde el inicio de los 90, a pesar de que en ciertos años hubo alzas; pero nada tan significativo que haya cambiado la tendencia.
Otro dato que encendió las alarmas, de que tal vez no sigamos diciendo “TA, NO TA“, fue el entregado por el Registro Civil, que informó que en enero y febrero de 2021 se registraron 27.631 nacimientos, siendo la cifra más baja de los últimos 10 años (34.065 en 2020).
¿Razones? Varias… la primera es que la pandemia nos golpeó fuerte en el más amplio sentido, las parejas que en algún minuto pensaron en traer un ser al mundo dijeron ¡alto, no es el momento!
Incertidumbre, poca plata, pérdida de trabajo y un ambiente virulento, tiempo poco propicio para agrandar la familia; suena lógico. Aunque las proyecciones hechas por entidades ligadas a la demografía apuntaban a que la cantidad de tiempo que pasarían en casa iba a provocar ganas de tener sexo y de procrear, pero esto no sucedió del todo. Anticonceptivos, condones y pastillas del día después fueron ocupadas a como de lugar, además el pasar encerrados juntos pasó la cuenta y generó conflictos amorosos; en casos extremos, aumentaron los episodios de violencia familiar.
Los niños covid, sin ser peyorativa, que vieron la luz en 2020 fueron 197.003, ese número demostró un descenso, pues en 2019 nacieron 213.311 mini terrícolas.
Otro punto no menor que habla de la baja natalidad en Chile es el ítem MUJER, ya que desde que ingresamos a estudiar y luego a trabajar comenzamos a decidir sobre nuestros intereses. La maternidad es linda, pero extenuante. Entonces si pasas un montón de horas trabajando no te da el cuerpo ni el ánimo para llegar a casa a seguir con la pega: dar de comer a los niños, bañarlos, hacer tareas, atenderlos si les duele la guata y ordenar el despelote que dejaron. Se hace difícil, ¿no?
Con esto no digo que los hombres no ayudan, pero seamos honestas; hacen una cosa a la vez y nosotras por condición biológica, varias.
Esta realidad ha hecho que hoy un poco más de un 60% de los padres tienen 2 hijos y el 30% solo uno.
“Millennials”
El tercer punto que explica el descenso de nacimientos, dice relación con las generaciones Millennials (entre 40 y 30 años) y parte de la Z. Ellos son adultos jóvenes que han retrasado la llegada de los hijos, tienen otras prioridades en la vida: viajar, estudiar en el extranjero, ocupar su tiempo libre sin tener responsabilidades, y gastar el dinero en un departamento, tecnología, autos caros. Asimismo, ven al mundo como un lugar poco amigable para aterrizar, especialmente la crisis ambiental les hace retroceder en las ganas de convertirse en padres.
A estos jóvenes les dicen egoístas y tal vez algo de razón tengan. No obstante, “encargar guaguas a la cigüeña” no es un pedido temporal y requiere de un compromiso eterno. Por eso está bien decir ¡NO! Cuando esa misión no se adapta a tu estilo de vida y proyecciones.
Convicción y circunstancias
El último punto y donde me siento ultra representada, dice relación con no tener hijos por convicción, es decir, decides por una o varias circunstancias que se fueron dando en tu existencia, no ser mamá; eso no te implica tener deudas con la naturaleza, con los familiares ni contigo misma. Solamente decidiste que así sería y es tu manera de ser feliz, aunque muchos la critiquen y te miren como un bicho raro que no tendrá quien la cuide cuando sea vieja.
Tan invasiva y desubicada que es la gente… asumen que porque naciste con ovarios debes engendrar. Además, es insólito pensar en traer hijos para que te cuiden cuando seas una anciana.
Para divagar sobre este tema hay mucho, pero el punto es que Chile se está quedando sin niños y aumenta la población mayor. Lo preocupante es que las tasas de natalidad de hoy no logran el recambio poblacional que es de 2,1 hijos por mujer, o sea, no se alcanzarían a renovar la población al momento del fallecimiento de sus progenitores.
El panorama es incierto y aun no se sabe que pasará en nuestro país. Obviamente las condiciones de la pandemia cambiarán y eso tal vez, haga que quienes querían ser papás se decidan. Por cierto, hay maneras de revertirlo y una de esas son las medidas que toman los gobiernos de entregar incentivos económicos para promover los nacimientos, así como los movimientos migratorios, que son capaces de remediar esas bajas tasas, mientras tanto guardemos pañales; mamaderas y paciencia.