Sentir de vez en cuando un calambre es de lo más normal. Ya sea andando, sentados o incluso durmiendo, es una sensación que se torna familiar.
Estos calambres, que son espasmos musculares, se pueden asociar con facilidad al ejercicio.
Cuando se trata de deportistas, los calambres musculares aparecen debido a una fatiga, que puede ser asociada a una deshidratación y una disminución de minerales como pueden ser potasio, calcio o magnesio.
Dejando de lado a los deportistas, cuando un calambre nos da “de la nada” se da por una contracción repentina e involuntaria de uno o más músculos. Pueden causar intenso dolor y por lo general suelen ser inofensivos.
Por otra, parte los calambres musculares pueden imposibilitar temporalmente el uso del músculo afectado.
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Síntomas de los calambres
En su mayoría los calambres musculares se manifiestan en los músculos de las piernas, en particular en la pantorrilla. Además del dolor repentino y agudo, es posible que también sientas o veas un bulto duro de tejido muscular debajo de la piel.
¿Cuándo consultar al medico?
Los calambre musculares suelen desaparecer por sí solos, no es muy frecuente que sea necesario una atención medica. Sin embargo, si presentas uno de los siguientes síntomas debes consultar un medico.
- Causan molestia intensa
- Están relacionados con la hinchazón, enrojecimiento o cambios de la piel en las piernas
- Están relacionados con la debilidad muscular
- No mejoran con cuidado personal
- No están relacionados con una causa obvia, por ejemplo, ejercicio extenuante
Factores de riesgo
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de calambres son la edad, la deshidratación, el embarazo y afecciones por ejemplo pueden tener más riesgo de sufrir calambres musculares las personas con diabetes o trastornos hepáticos o tiroideos.