El Ministerio en cuestión anunció una convocatoria pública nacional e internacional para la «suscripción de contratos especiales de operación» que desarrollen la expropiación y producción de yacimientos de litio en el país.
El objetivo es satisfacer el aumento que ha experimentado con la venta global de litio y el crecimiento a futuro, con respecto al cambio climático.
Según estas proyecciones, la demanda mundial se cuadriplicará hacia 2030, alcanzando 1,8 millones de toneladas de litio.
Todo esto, mientras que la oferta disponible sería de 1,5 millones de toneladas de este mineral.
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«Como gobierno no podemos seguir desperdiciando tiempo en un mundo que avanza rápidamente. Tenemos una tremenda oportunidad para desarrollar industrias estratégicas en nuestro país, como es la industria del litio; de esta manera, potenciar encadenamientos productivos que favorezcan a los territorios donde los proyectos estén insertos«, aclararon desde el Ministerio de Minería.
Luego señalan que: «Queremos desarrollar esta industria con una mirada de futuro, repensando la forma de hacer minería«.
Además, agregan que «los esfuerzos deberían estar enfocados en mejorar estos procesos, aportando a la lucha contra el cambio climático, reduciendo nuestra huella de carbono«.
Contextualicemos, hasta 2012, Chile era el primer productor mundial de litio, pero fue superado por Australia.
De hecho, se espera que, a fines de esta década, China se meta en la pelea, reposicionando a nuestro país en el tercer lugar de la lista.
¿Qué busca la convocatoria para la licitación del litio?
Dicha citación nacional e internacional busca licitar y adjudicar Contratos Especiales de Operación (CEOL) por cuotas para producir un total de 400 mil toneladas de litio metálico comercializable.
Estas adjudicaciones serán por un plazo de 7 años -prorrogables por dos más- para hacer la exploración geológica, los estudios y desarrollo del proyecto.
Con esto, el Estado busca además lograr facilitar el ingreso a empresas nacional y/o extranjeras, impulsando la producción.
También, se pretende apoyar el desarrollo de las nuevas tecnologías que habiliten la transición energética y el combate contra el calentamiento global, generando beneficios para el Estado.