Este próximo 10 de noviembre, el cantante Miguel Bosé va a lanzar su libro biográfico titulado ‘El hijo del capitán trueno’. Así es, porque una vez el cantante cumplió sus 65 años, decidió que quería compartir con sus fanáticos al rededor del mundo un material un tanto más íntimo; pues esto le permitirá narrar su historia en primera persona.
Entre estos los difíciles momentos que lo han marcado y la difícil relación que tenía cuando pequeño con su padre. A continuación compartimos un pequeño adelanto del primer capítulo de su libro «El hijo del capitán truno».
Miguel Bosé: «voy a empezar a pensar que no eres mi hijo»
El primer capítulo del libro de Miguel Bosé pretende trasladar a los lectores a la infancia del artista. Aquí es cuando el cantante narra que sus fines de semana se basaban en tomar clases de equitación -el deporte y la práctica de montar a caballo-.
En una de sus tantas clases, Miguel Bosé decide contarle a su padre que había bautizado a su caballo bajo el nombre de «Tiberio». Un dato que le permitió a su padre darse cuenta que la pasión de su hijo no era montar a caballo, sino más bien la lectura algo que este no se tomó de buena forma.
«¿Por qué no te gusta cazar? Si no te gusta cazar, ni pescar, ni nada de esas cosas. Tienes que hacerme el favor de que te guste o voy a empezar a pensar que no eres mi hijo, porque de mí, que yo sepa, no has sacado nada.»
Pero eso no fue todo, porque el padre le recriminaba que debía abandonar su gusto por la lectura, y enfocarse en cosas que son del interés de todo hombre.
»Mira, Miguelón, los hombres tienen que hacer cosas de hombres entre hombres, como las mujeres hacen las suyas entre ellas, ¿lo entiendes? Montar a caballo, ir de cacería, pescar y más adelante otras que ya te iré contando.»
Una salida que termina en tragedia
Posterior a ello, el artista se encarga de revelar otra difícil situación que tuvo que vivir junto a su padre. Miguel Bosé, recuerda que fueron a cazar hipopótamos y que le picaron muchos mosquitos; agarrando así la enfermedad conocida por «malaria»; llegando incluso a desmayarse en una de las tantas caminatas que tuvo acompañado de su papá.
«Recuerdo entreabrir los ojos y ver a mi padre en pie junto a mí; a contraluz, reanimarme con la punta de su bota y decirme:
‘Venga, no seas nenaza; levántate y camina como un hombrey déjate de mareos o te vas a enterar lo que es uno de verdad del tortazo que te voy a meter, y basta ya de tonterías‘
En ese preciso instante, me rendí para siempre. Entendí que nunca conseguiría estar a la altura de sus expectativas; que él nunca estaría orgulloso de mí porque era débil, que nunca iba a quererme, que yo no era el hijo que él esperaba que fuera». narra el cantante.
Sin embargo, para suerte de Miguel Bosé, una vez ocurrió este episodio la madre a los meses después lo echo del hogar donde vivía el cantante y sus hermanas.
«Mi madre le echó de casa nada más llegar de África y le dijo que no quería verle en el resto de sus días, y que si al niño le pasaba algo, le pegaría dos tiros».
Bastaron unos meses para que el matrimonio de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín, que se habían casado en 1955, llegara a su fin.