El 27 de abril del 2021, Tomás Gimeno le pidió a su expareja, Beatriz Zimmerman, pasar la tarde con sus hijas, Ana (1) y Olivia (6). Las recogió a las 17:00, sin embargo, no volvió con ellas a las 21:00 como habían acordado.
Y en ese margen de tiempo, habría asesinado a las dos pequeñas, en su terreno en Igueste de Candelaria, España. Luego de cometer el horrible acto, envolvió los cuerpos en toallas, las introdujo en bolsas de basura y éstas a su vez en dos bolsas de deporte, que cargó en su vehículo.
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Luego de esto, el hombre llegó en su auto al puerto de la Marina de Tenerife. Aquí, se adentró entonces con la embarcación el mar, amarró las bolsas deporte con cadenas y un cabo al ancla y las arrojó al fondo del océano.
¿Qué es lo que dice la autopsia?
Según el informe médico forense definitivo de la autopsia realizada a la menor de seis años, dado a conocer ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la pequeña Olivia falleció de «muerte violenta», siendo la causa fundamental de ésta «compatible con una asfixia mecánica por sofocación» y la causa inmediata o última «compatible con un edema agudo de pulmón».
«La muerte por sofocación se produce por obstrucción de los orificios respiratorios (nasales y boca), y puede ser con algún objeto que facilite la compresión simultánea de los orificios, por ejemplo, una almohada o un cojín, o al ser tan pequeña y ofrecer tan poca resistencia a la fuerza ejercida por el padre, puede ser también con la mano», explica el médico forense Miguel Lorente.
Tomás Gimeno, está desaparecido, y aun no se sabe nada al respecto de él. Sin embargo la reconstrucción de hechos y las pruebas lo apuntan a él como responsable.