Existe la mala costumbre de que al llegar el verano empezamos a soñar con el bronceado perfecto. Además, justo llegan las amigas con todos los datos para el color envidiable y que a su vez este te dure lo máximo posible.
A su vez, aparecen todas las frases típicas como: “uno se ve mejor con quemadita”; “este tono me hace ver más saludable”; “que rico voy a poder usar ropa con colores flúor” y “así se nota menos la celulitis”.
Algo de cierto hay en esas apreciaciones estéticas. Sin embargo, si la piel hablara daría un testimonio harto más dramático, porque para llegar a ese bronceado debe sufrir estragos. Esto ya que el color se provoca porque la piel se defiende de la radiación produciendo melanina.
Esto quiere decir que una piel bronceada es signo de lesión dérmica y generación de radicales libres que aceleran el deterioro celular. Por lo tanto, tengo la dura misión de decirle que NO existe el dorado saludable.
Esto no lo digo yo, sino el Código Europeo contra el Cáncer de la OMS. Entidad que establece que los únicos beneficios reales de la luz del sol es activar la vitamina D. La cual puede fomentar la función inmune, reducir el riesgo de ciertas enfermedades y mantener los huesos fuertes.
ALGUNOS FACTORES QUE DAÑAN LA PIEL
Creo que las generaciones más jóvenes tienen mayor conciencia de este punto. Lo que es muy bueno, porque hoy las que nos dimos “baños de sol” podemos ver ciertas consecuencias de la acumulación de rayos UVB (responsables de las quemaduras y bronceados); y UVA (culpable envejecimiento prematuro) como manchas, arrugas, resequedad máxima y un tono irregular en el cutis. En consecuencia fotodaño.
Cabe señalar que el envejecimiento cutáneo es un proceso natural e inevitable; y a raíz de éste disminuye la producción de elastina y colágeno, lo cual hace que la piel pierda elasticidad con el paso del tiempo.
No obstante, factores vinculados al estilo de vida también determinan la calidad de la piel. Entre los enemigos de la “eterna juventud” estan: alimentación desequilibrada, mala calidad del sueño, mala hidratación, estrés, tabaco y deficientes rutinas de humectación y limpieza. Aunque se ha comprobado que la exposición solar provoca hasta un 80 % de los signos visibles del envejecimiento.
CLAVES PARA PREVENIR EL FOTOENVEJECIMIENTO
- El mejor escudo contra los rayos UV es la aplicación de pantallas o bloquedores solares en todo el cuerpo en verano y las partes expuestas en las otras estaciones del año. Jamas olvidar orejas, cuello y manos. Reaplicarla cada dos horas. Después de practicar deporte, bañarse, secarse con una toalla o practicar cualquier otra actividad que vaya a hacer que la piel esté húmeda.
- Hidrata la piel en profundidad: Bebe al menos 2 litros de agua diarios y aplica una rutina diaria que incluya limpieza con aguas micelares, exfoliación para eliminar células muertas, cremas hidratantes de día y noche.
- Repara el estrés oxidativo: Los sérums son una opción excelente, ya que contienen ingredientes muy eficientes para combatir la oxidación y cuidar la piel. Los recomendados son vitamina C que atenúa manchas junto al retinol y el ácido hialurónico, que no solo hidrata la piel en profundidad, sino que también ayuda a prevenir la irritación, rellenar las arrugas y mejorar el tono de la piel.
TRATAMIENTOS MÁS SOFISTICADOS
LUZ PULSADA IPL: ha demostrado una acción muy recomendable en la eliminación de las lesiones pigmentarias y vasculares, siendo sus resultados en los casos leves y moderados de fotodaño muy similares a los tratamientos con láseres, pero a diferencia de estos últimos es un procedimiento sin periodo de recuperación. Normalmente se necesitan entre 3-5 sesiones, dejando un mes de tiempo entre sesión y sesión.
LÁSERES NO ABLATIVO: Son equipos desarrollados para realizar destrucción del colágeno y elastina dañada por el sol los utilizamos para renovar la piel envejecida, mejorar la atrofia cutánea, las arrugas finas y las profundas. Actúa sobre la epidermis y dermis sin alterar la capa cornea por lo que el paciente nunca tiene costra o lesión externa.
El procedimientos es completamente ambulatorio y debe repetirse entre 2 a 5 veces para lograr los mejores resultados.
LÁSERES ABLATIVOS: Fueron los primeros equipos diseñados para tratar el envejecimiento cutáneo. Tienen altísima eficacia para el fotodaño grado IV, pero la recuperación es más lenta porque genera una quemadura en la piel que con los días se cae, pero es necesario no exponerse al sol y esperar que la piel se regenere sola.
Se conoce como CO2, y provoca una regeneración del colágeno y aumento de la densidad dérmica.
¿ Y LOS HOMBRES QUÉ?
El cuidado de la piel no tiene que ver con género. Es cuestión de sentirse bien cuando miras al espejo y por eso el campo de la cosmética masculina ha ido en aumento cada año, ya que por años ocupaban las cremas o lociones de sus parejas hasta que se les conscientizó que la piel de ellos es distinta.
Se diferencia de la piel femenina por ser entre un 20-25% más gruesa; un 15 a 25% más resistente; ser menos sensible al tacto; temperatura y dolor, así como producir más colágeno y elastina, lo que da un aspecto más compacto y firme.
Por otra parte, envejece de una manera diferente. Pues en el caso de las mujeres, la producción de colágeno se ve afectada principalmente después de la menopausia, teniendo efectos más notables y pronunciados en el aspecto de la piel, a diferencia de los hombres cuya reducción de contenido de colágeno es constante a lo largo de la vida.
En general los signos de envejecimiento suelen aparecer más tarde, pero cuando lo hacen se presentan como surcos formados. Además, tienen más problemas de irritación en la zona baja de las mejillas, el bigote, y el mentón, debido al afeitado casi diario que realizan en esas zonas.
UNA RUTINA PARA ÉL
Limpieza: Se recomienda aplicar en la mañana y noche nuestro gel limpiador facial, así no retiran impurezas y preparan la piel para recibir una adecuada hidratación.
Exfoliación: Ayuda a controlar la producción de grasa, eliminar las células muertas y prevenir vellos encarnados, una exfoliación facial una vez a la semana así se mantiene libre de espinillas, comedones y puntos negros.
After shave: Después del afeitado es fundamental hidratar y recuperar la piel. Un gran aliado con productos que contengan Aloe Vera, pues elimina bacterias hidrata profundamente la piel, reduce la sequedad, tiene un efecto calmante y desinflamatorio, elimina rojeces. Además, tiene un efecto cicatrizante en caso de cortes y propiedades antisépticas que previenen la aparición de acné.
Hidratación y reparación: Considerando el carácter más graso de la piel masculina, recomendamos se sugiere un sérum de Resveratrol, rico en antioxidantes. Además, de crema hidratante liviana y de fácil absorción.
Protección solar: Uno de bloqueador Solar, de 30 y 50 FPS, ambos son aptos para todo tipo de pieles, y en el caso de aquellas que tienden a ser muy grasas, pueden ser utilizados reemplazando la crema facial.
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