Cuando a uno le preguntan si es feliz, pareciera que le estuvieran haciendo una broma. Quizás lo tomamos así porque hablar de felicidad en la actualidad, cuando aún atravesamos una pandemia y vivimos una guerra que conlleva destrucción, muerte y sufrimiento, no es lo más cercano a la cotidianidad.
No obstante, esta fecha proclamada por la ONU busca recordarnos la importancia que tiene la felicidad en el desarrollo y bienestar de los seres humanos.
El día internacional de la felicidad nace en el Reino de Bután hace unos cuarenta años. Cuando el rey de este país lo propuso a las Naciones Unidas, inventando el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), un indicador que hoy se utiliza en todo el mundo como complemento al Producto Interior Bruto (PIB) y también se mide evaluando aspectos como el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el Gobierno.
Hoy encontrarla no es tarea fácil, ya que, aunque es un estado interior que se debe cultivar en cada uno de nosotros, las situaciones externas dificultan transitar por esa vía. Por eso mismo un grupo de intelectuales, líderes y estudioso de la felicidad a nivel mundial entregaron diversas recomendaciones con el fin de que los habitantes de este planeta las consideremos y advierten tres ideas básicas que jamás se deben olvidar:
- La felicidad no está en el éxito, sino que el éxito es una consecuencia de la felicidad.
- No podemos ser felices todo el tiempo, porque la vida conlleva también momentos de sufrimiento.
- La felicidad es una actitud y que es es mucho más fácil encontrarla en las pequeñas cosas.
15 ideas y trucos para ser más feliz
Acércate a la naturaleza
Elige un lugar como un montaña, playa, cerro o espacio al aire libre que te guste y visítalo regularmente. Pasea, escucha, mira y siente. Por eso no te distraigas buscando una buena foto para subir a tu Instagram. Se trata de conectar con el entorno natural activando los cinco sentidos.
Rodéate de orden y limpieza
Ambos influyen en nuestro bienestar. ¿Acaso no es agradable llegar a tu casa y encontrar la cama hecha, la cocina impecable y el baño con aroma a limpio?
El aseo y el orden generan bienestar y calma.
Sé agradecido de la la vida
Es vital estar consciente que tenemos a nuestra familia, una buena comida, que podemos ver el sol o la luna con nuestros propios ojos e incluso podemos contemplarla desde cualquier lugar al que queramos ir. Tenemos trabajo, caminar un rico café en las mañanas. Se sugiere escribir un diario de gratitud. ¡Puede ser una buena idea!
Actúa, comprométete
Hacer algo significativo que te llene el corazón y permita hacer sentir bien a otros. Decide por iniciativas que contribuyen: visitar a personas que viven en soledad, trabajar para conservar el medioambiente, en el fondo participar de actividades altruistas engrandece el espíritu.
Disfruta de tus amigos siempre que puedas
Pasar tiempo con ellos es una de las principales fuentes de felicidad. Ya lo dijo Aristóteles. Sentirnos apreciados, comprendidos y acompañados es un regalo. Eso sí, recuerda que la verdadera amistad es la real.
¡Muévete!
Abandonar la vida sedentaria, pues el ejercicio físico es un gran activador de bienestar. Camina o practica algún deporte. Considera que nos pasamos más de 8 horas frente al computador sin movernos prácticamente. Organízate para que no te ocurra.
Haz de tu casa un lugar acogedor
Sentir que nuestra casa es un refugio sagrado es vital para nuestro bienestar. Enciende velas, aromas de tu agrado, muebles que te gusten, plantas y busca colores que te inspiren… Tu casa no debe ser una imagen de las tendencias, sino una imagen de ti misma, de tus gustos, tus prioridades, y un lugar donde disfrutar de las personas que más quieres: tu familia.
Sonríe más
La sonrisa tiene súperpoderes y no siempre somos conscientes de ello. Según las últimos avances en neurobiología, sonreír, activa la felicidad a nivel cerebral. De alguna manera, tu cuerpo indica a tu mente que estás feliz. Tu cerebro responde activando esa emoción. Además, cuando sonríes, irradias esa energía las personas que te rodean, ya que nuestro cerebro tiende a contagiarse de los cerebros de las personas con las que nos relacionamos.
Cuídate
La amabilidad hacia nosotros mismo es importante y eso incluye amar nuestro cuerpo y emociones. El amor propio implica no juzgarnos y por ende, entendernos en momentos complejos y si hemos cometido errores. Cuidar de tu mente es no exigirte tanto, perdonarte y creer en ti.
Disfruta de tu trabajo y evita distracciones
Cuando trabajas enfocada el nivel de satisfacción laboral aumenta y también nuestra productividad. Una buena idea de disfrutar solo de trabajar, es decir, sin recibir llamadas, sin reuniones, sin conversaciones con tus colegas. Tus responsabilidades y tú.
Cultiva un pedacito de tierra en tu jardín, en tu terraza o en tu balcón
El contacto con la tierra y con las plantas es un tremendo ansiolítico, por eso ver tus plantas, cuidar de ellas y trabajar con tus propias manos son actividades que potencian nuestro bienestar y nuestra concentración.
Prioridad absoluta: dormir bien
El descanso de nuestro cuerpo y de nuestra mente es incluso más importante que la alimentación. Acuéstate todos los días cuando tengas sueño y si te cuesta dormir, practica algunos de los trucos como: realizar respiraciones abdominales, imaginar un paisaje relajante, comer de forma ligera, apaga la luz todos los días a la misma hora, entre otras técnicas.
Recordar momentos felices activa la felicidad
Nuestro cerebro es capaz de reproducir las mismas sensaciones corporales y mentales que experimentaste en ese momento feliz. De ahí que sea muy útil rodearte de objetos que te traen recuerdos felices como fotografías, souvenirs, música, etc. Dales un lugar en tu casa y vuelve a ellos cuando necesites activar tu bienestar.
Descansa de la tecnología
Todo lo que hacemos de manera compulsiva nos desequilibra emocionalmente y nos hace sentir ansiosos. Utiliza tu celular lo necesario y proponte solo un tiempo para ella, así lo aplicas a tu rutina diaria. Aprende a desligarte de ellos para desactivar la ansiedad.
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