¿Te has dado cuenta de que, cada vez que nosotras nos enfermamos inmediatamente reaccionamos, sabiendo qué medicamento tomar y, en caso de que no funcione, tomamos una hora al doctor porque no queremos estar con ese dolor, bulto o lo que que sea? Las mujeres tenemos esa necesidad con nuestra salud de resolver y además salir de la duda. Caso distinto son los hombres, ya que si les duele algo inmediatamente creen que se van a morir, piden ayuda a su pareja y se quejan rehusándose a ir al médico.
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Una realidad irrefutable que incluso ha sido digna de investigar por distintas entidades de salud. La más reciente es la del sitio web para gestionar consultas médicas “Agenda Doctor”. Aquí se determinó que, en términos comparativos, el 52% de las mujeres visita centros médicos frente al 48% de los hombres.
La misma tendencia se observa también en los exámenes de laboratorio, aunque con rangos de diferencias mucho más claros. El 84% de las mujeres toma exámenes y sólo el 53% de los hombres lo hace. La misma muestra determinó que nosotras lideramos en las citas ginecológicas (9%) y las de ecotomografía (5%).
LOS HOMBRES ANTEPONEN LA SALUD DE SUS HIJOS
Por su parte, las especialidades más solicitadas por los usuarios masculinos son pediatría (7%) y oftalmología (6%). Aquello demuestra que los hombres adultos agendan esas especialidades en su rol de “padres”, pues no deben ser examinados ellos y anteponen la salud de sus hijos. Por cierto, el estudio reveló una considerable brecha etaria entre los pacientes. A saber, sólo el 7% de los niños y jóvenes (11 a 20 años) y el 8% de los adultos mayores (61 a 70 años) asiste al médico.
Cabe mencionar que, de las horas que se toman al médico, una de cada tres personas no se presenta a ellas, es decir, el 33%. Además, sólo una minoría, el 3% de los pacientes, llámese hombres y mujeres, asiste de manera frecuente al médico, es decir, entre 10 a 12 veces al año. En materia de hospitalizaciones, ellos lideran con un 40.3% frente a un 27.0% de las féminas que rehúsan su ingreso por tener que cuidar de hijas/os, pareja o personas mayores con las que conviven y dependen de sus cuidados.
¿A QUÉ SE DEBEN LAS DIFERENCIAS?
Los especialistas de la salud han llevado a una conclusión certera. Nosotras nos conectamos de mejor forma con la salud, pues de edad temprana comenzamos con las visitas al ginecólogo, lo que hace que anualmente se genere una hora con este especialista. Mientras que los hombres, a diferencia de las mujeres y a menos que algo ande mal, podrían no ir al médico para hacerse exámenes de rutina hasta cumplir 30 o 40 y tantos años.
Los mismos médicos han concluido que a los hombres simplemente no les gusta hablar sobre su salud, incluso cuando van a ver a un médico. Las razones más comunes incluyen sentirse avergonzados o incómodos al hablar acerca de ciertos problemas y no querer que les digan que deberían cambiar su dieta o su estilo de vida. Algunos omiten información sobre su salud porque no se sienten preparados para enfrentar un diagnóstico difícil o no quieren ser juzgados por los propios doctores.
LOS HOMBRES Y LA MASCULINIDAD EN EL MÉDICO
Sabemos que un hombre preferiría hacer casi cualquier cosa en vez de ir al médico. Los hallazgos de una nueva encuesta realizada por “Cleveland Clinic” confirman lo común que es para ellos evitar al médico: solo la mitad de los 1,174 hombres adultos encuestados dijeron que se someten a chequeos con regularidad. Además, el 72% sostuvo que preferirían realizar labores domésticas, como limpiar el baño en lugar de consultar a su médico.
Luz María Moreno, médico española, comenta esta situación y asegura que los varones consideran que los problemas de salud son una amenaza a su masculinidad. “Tiene que ver con los estereotipos de género: a los hombres se les enseña a ser fuertes y no mostrarse vulnerables”. Para ellos, acudir a los servicios de salud significa ser frágiles y no mostrar fortaleza es atentar contra su masculinidad. Aceptarse enfermos implicaría menor autoridad ante la familia y la sociedad.
Los hombres mayores, comenta la especialista, no están muy dispuestos a hablar relajadamente sobre la disfunción eréctil ni los problemas urinarios. Sin embargo, estos son síntomas significativos que deben tratarse. Lo anterior, debido a que la disfunción eréctil podría indicar otros problemas de salud, como enfermedades del corazón o una diabetes mal controlada. Si bien los problemas para orinar pueden ser normales a medida que la próstata aumenta de tamaño, también pueden ser causados por un tumor.
Otro de los motivos por el que los hombres van poco al médico o no lo hacen, se relaciona con la incompatibilidad de horarios laborales. Aunque parezca mentira, a ellos se les da menos permisos para asistir a una consulta médica. Una tónica que solo refleja un estereotipo caduco de los mismos empleadores.
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