Perfil bajo, víctima de bullying y una relación familiar marcada por la falta de cariño. Estas eran algunas de las características que acompañaron la infancia y adolescencia de Salvador Ramos, joven de 18 años que protagonizó una brutal masacre en su escuela de Texas que terminó con la vida de 19 escolares y 2 adultos.
El dramático caso se ha sumado a una triste lista de tiroteos en escuelas de Estados Unidos que, a esta altura, parecen ser una tónica común cada cierto tiempo. Las muertes siguen ocurriendo, mientras el debate en el país sobre la tenencia de armas y las causantes externas de estas actitudes parecieran no otorgar una solución concreta ante una situación que se ha hecho costumbre.
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Tras cumplir 18 años la semana pasada y con un ahorro de casi 5 mil dólares, Salvador Ramos compró legalmente en una armería dos pistolas AR-15 y 300 municiones que utilizó para su macabro fin. Con ellas, abrió fuego en la Escuela Primaria Robb, específicamente en un salón donde rendían clases niños de cuarto grado. Los mismos, vieron entrar al asesino a la sala, quien gritó la frase “se van a morir” antes de ejecutar el plan de su masacre.
Tras culminar su acto final, Salvador Ramos fue abatido aparentemente por un personal policial, quien acudió a la escuela de Texas y se enfrentó en un tiroteo contra el joven causándole la muerte.
¿Quién era Salvador Ramos?
La historia detrás de Salvador, según se ha podido conocer, tiene similitud con los perfiles de otros tiradores. Distintos actores con una vida en común, quienes, en ocasiones pasadas, han protagonizado episodios de masacres que han enlutado a Estados Unidos y al mundo.
Cercanos al joven indicaron, tras el brutal hecho, que habían notado cómo su comportamiento había cambiado en el último tiempo. La inestabilidad y las muestras de violencia fueron una tónica que se reflejó en Salvador Ramos con más frecuencia a medida que su edad avanzaba.
Indagatorias previas explican que esta personalidad se forjó lamentablemente a causa del bullying. Burlas por su apariencia, gustos, situación económica y tartamudeo, acompañaron a Salvador Ramos en su etapa escolar. A causa de esto, el joven de 18 años comenzó a autolesionarse y amoldar una actitud que se descomprimía en la violencia contra otros.
“Lo acosaban mucho, era acosado por muchas personas. Sobre las redes sociales, sobre los juegos, sobre todo”, afirmó tras la masacre a Daily Mail Stephen García, considerado el mejor amigo del joven asesino.
Los antecedentes de su relación familiar
A esto se suma una relación tensa con su familia y particularmente con su madre drogadicta. Las peleas se transformaron en rutina y, por ello, Salvador optó por mudarse con su abuela, a quien hirió de bala el martes pasado a causa de una discusión de la que actualmente no se tienen más detalles.
Los enfrentamientos con sus compañeros también fueron una costumbre. Producto de esto, Salvador Ramos optó por dejar la escuela y no volver. En su ausencia, comenzó a dejarse el pelo largo, vestirse de negro y ocupar botas militares.
Conocidos confesaron que, en redes sociales, más de una vez publicó abiertamente los rifles y fusiles que planeaba comprar. Previo a experimentar con armas de fuego, Salvador Ramos practicaba con pistolas de aire comprimido. Un pasatiempo que realizaba disparando al azar a otros autos por las noches, mientras conducía por la carretera con otro amigo. Horas antes de la masacre en la Primaria Robb en Texas, Ramos envió un mensaje enigmático a un conocido declarando tener “un pequeño secreto”.
El revuelo del caso tuvo rápido eco en la Casa Blanca. Joe Biden condenó la matanza y pidió impulsar, en conjunto con el mundo político, normas más estrictas que rijan la tenencia de armas para así transformar “el dolor en acción”. Esta deberá ser una de las prioridades a nivel nación si lo que realmente se busca es acabar con episodios como el que lamentablemente protagonizó Salvador Ramos en Texas.
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