Para la realeza británica mantener las apariencias es muy importante, especialmente cuando se trata del matrimonio, pero al parecer una maldición impide esto.
Y es que, a diferencia de la unión de la reina Isabel II y el príncipe Felipe -quienes cumplieron 73 años de casados- hay otras parejas que no lograron mantener su vínculo, viéndose involucrados en escándalos.
Así se puede ver en la historia de la realeza británica, donde se han vivido varios polémicos divorcios. Lo que es una de las peores pesadillas para sus integrantes.
La maldición de la realeza británica
Un claro ejemplo de lo anterior, es la separación de la princesa Margarita y Antony Armstrong-Jones, lo que molestó mucho a Isabel II ya que en un principio se oponía a esta unión. Pero debido a la amenaza de su hermana, tuvo que ceder que se casara.
Fue el 6 de mayo de 1960 que se celebró el escandaloso matrimonio de la realeza británica. El cual fue todo un fracaso ya que varias de las casas reales de Europa no asistieron a la ceremonia.
Pero eso no fue todo, porque a mediados de 1960 el esposo de la princesa Margarita fue visto en compañía de mujeres. Sin embargo, el matrimonio logró sobrevivir hasta 1976, año en que se anunció que la pareja se separaba, en medio del affaire de la hermana de la reina Isabel II con un hombre 17 años menor.
Otro divorcio que marcó la realeza británica fue el de la princesa Ana con el capitán Mark Philipps, quienes se separaron tras 16 años juntos.
A diferencia del caso de Margarita, Isabel II aceptó sin problema la unión de su hija con el entonces teniente. Así que fijaron la fecha del casamiento para 1973.
Sin duda este matrimonio no fue muy fácil. Ya que en un principio Phillips no se llevaba bien con su suegra ya que no quería aceptar un título nobiliario antes de la boda.
Pero esto no fue lo que provocó el divorcio, ya que la crisis se provocó cuando en 1989 se supo que la princesa Ana le escribió cartas de amor a otro capitán. Por lo que en agosto de ese año anunciaron que se separaban.
Otro matrimonio que fracasó, y el que más polémica provocó, fue el del príncipe Carlos y la princesa Diana. Una historia que terminó de una manera muy trágica.
Y es que se sabe que el hijo de Isabel II no estaba enamorada de su esposa, sino que de su amante Camella Parker-Bowles, con quien incluso mantiene una relación hasta el día de hoy.
Lady Diana al enterarse de esta infidelidad se decepcionó, y la relación entre ellos se fue a pique, por lo que finalmente decidieron que el divorcio era la mejor opción.
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