“Los niños son muy crueles”, es una frase que siempre se dice cuando alguien cuenta alguna historia de agresión escolar entre alumnos. Esta afirmación a mi juicio es algo fuerte y chocante, porque se asocia la maldad a los niños. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que su misma condición de menores, les impide gestionar sus emociones e impulsos.
Desde ese punto de vista, es cuando los padres o tutores tienen la misión de orientar a sus hijos, y mostrarles cuáles son los comentarios que pueden o no hacer; cómo también reaccionar si ellas viven alguna situación de maltrato por sus pares.
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Esto se está viendo reflejando en las redes, porque es muy fácil esconderse detrás de un nombre falso en una pantalla. Por la misma razón, el Ministerio de Educación determinó en 2019, que el 13 de marzo es el Día Contra el Ciberacoso con el fin de que los establecimientos educacionales aborden temas de convivencia digital. Con el principal objetivo de fortalecer la prevención contra el maltrato en las redes y tomar conciencia sobre él.
El desafío contra este tipo de maltrato
El ciberacoso, definido por el Mineduc, se entiende como: “Intimidación psicológica, hostigamiento o acoso que se produce entre pares, es sostenida en el tiempo y cometida con cierta regularidad, utilizando como medio de difusión internet, mensajes de texto y redes sociales”.
En ese sentido, el desafío actual, implica que los adultos le enseñen a relacionarse sanamente a través de las redes sociales, ya que desde la pandemia el maltrato entre «nativos digitales» aumentó considerablemente. La fundación Katy Summer, dedicada al trabajo en las comunidades escolares, reveló que, el 50% de las personas que sufren bullying a través de un teléfono o computador, son mujeres y que en el 43% de los casos es por la apariencia física.
La misma entidad reveló que el 51% de los adolescentes vivió ciberacoso en 2021 y que el 63% sabe quien es su acosador. Sin embargo, acorde con el análisis, sólo el 1% de ellos denuncia a su agresor.
Tipos y características del ciberbullying
Sextorsión
Detrás de este tipo de acoso generalmente se encuentran casos de pedofilia y pederastia, y regularmente son derivados del ciberacoso denominado grooming. Se caracteriza principalmente por la extorsión hacia la víctima con intenciones de carácter sexual en el que se le amenaza con exponer contenido sexual de la misma
Grooming
Se presenta de parte de un adulto hacia un menor de edad con intenciones sexuales, generalmente la persona mayor se hace pasar por alguien de la misma edad que la víctima, para empatizar con ella y así ganar su confianza.
Ciberviolencia de Género
Se presenta por una persona o grupo, hacia otros del sexo opuesto, en el que se ejerce violencia a través de insultos, acoso, control, ataques, chantaje.
Sexting
Consiste en el envío de imágenes de índole sexual entre dos personas, generalmente de manera consensuada. Si bien esta práctica no constituye un tipo de acoso, la persona que lo practica debe de ser consciente del riesgo que podría suponer el envío de este tipo de contenido, ya que podría derivar en sextorsión.
Atento a las señales
El llamado a la acción para bajar las preocupantes cifras entregadas anteriormente, es fortalecer las redes familiares, es decir, la crianza podría determinar la mayor o menor predisposición a ser víctima o victimario de ciberacoso
Asimismo, a los adultos encargados del cuidado se les aconseja monitorear el contenido que está publicando el menor o las páginas que está visitando. Lo que se sugiere es que tengan perfiles restringidos, de contenido y de visualización.
Andrea Cardemil Ricke, psicóloga clínica Infanto-Juvenil, escritora, docente y conferencista internacional en temáticas de crianza y bienestar infantil, señala que hay muchos indicadores que nos pueden ayudar a detectar si un niño o adolescente está sufriendo acoso por las redes.
Conductas a las que hay que prestar especial atención:
- Cambios de humor: Están más tristes, nerviosos o más irritables o con explosiones de rabia.
- Cambios en el rendimiento escolar: Les cuesta concentrarse, memorizar y aprender.
- Deterioro repentino de las relaciones con los compañeros y rechazan ir al colegio. Por ejemplo: no quieren invitar a los compañeros a la casa o asistir a juntas y al preguntarles por qué dan excusas poco convincentes.
- Baja autoestima
- Cambios en el uso del celular: no quieren ocuparlos o no desean que alguien se los revise, preocupados de las publicaciones de otras personas.
- Quedar tristes después de revisar las redes. Hay que tener en cuenta que en la adolescencia se generan varias alteraciones, entre esos se encuentra el cambio de humor, por eso es necesario reunir varios indicadores para dar con la opción del ciberacoso. Lo ideal es estar cerca de los niños para ver lo que viven y tengan la confianza de contar y sentir la contención.
Cabe señalar que es muy difícil detectar a tiempo este tipo de actividades, ya que muchas veces los acosadores usan perfiles falsos o anónimos para hacerlo. No obstante, pueden encontrar algunos patrones en común, como cambio de nombre de la cuenta del niño o adolescente que está siendo acosado, que elimine las fotografías o videos e incluso, que deje de usarla, por miedo a lo que le puedan decir.
¿Cómo prevenir el ciberbullying?
- Enséñales la importancia de mantener protegida su privacidad y no compartir nunca información personal.
- Fórmales y dar el ejemplo en relación al contenido que se comparte en Internet.
- Asegúrate de que los contactos del o la menor son amistades y personas conocidas. Igual que no debe hablar con desconocidos/as en la vida real, tampoco debería hacerlo en la red.
- Deja claro que les ofreces tu apoyo en cualquier situación de ciberbullying o acoso digital, porque no han hecho nada malo: son las víctimas.
- Si es necesario, aprovecha los cauces legales existentes para denunciar una situación de ciberbullying.
Cuando ya se detectó
Cuando se empiezan a recibir amenazas o insultos a través de la red, o conoce a alguien que lo recibe, es importante que se le comunique a una persona que pueda poner freno a dicha situación, ya sea al profesorado o a los padres, en caso de una persona menor. Ambos deberán adoptar las medidas oportunas que pueden ir desde la retirada del acceso a las redes.
La especialista, Andrea Cardemil comenta que lo más importante es ayudarlos a sentirse seguros, para ello, lo primero es mantener la calma, por más difícil que sea. Los niños necesitan sentir que podemos manejar la situación que para ellos es siempre inmenejable y amenazante.
“Hay que escucharlos y validarlos en ningún caso retarlos por algo que hayan hecho, por no haber dicho antes o no haberse defendido. Ya lo está pasando mal y lo que menos necesita es que aumente su malestar. Podemos decirle algo así: “Lamento lo que está ocurriendo, entiendo como te sientes, estoy aquí contigo, vamos a salir juntos de esto. Lo otro que se aconseja es dejar evidencia, muchas veces nuestra primera respuesta es bloquear al acosador y eso no permite ayudar a nuestro hijo o al acosador que, probablemente, sea otro niño que necesita ayuda», manifestó
En esa misma línea, agrega que: «En caso de conocer a los padres del acosador, se aconseja hablar con el colegio y no con ellos. Finalmente, es vital pedir ayuda profesional, porque el ciberacoso es más dañino que el acoso cara a cara y se asocia más con suicidios, por lo tanto, conviene pedir ayuda”.
Para realizar la denuncia, debes entrar al siguiente link, ó, utilizar WhatsApp de la PDI de Violencia Digital, +56934599762.
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