En medio de una epidemia silente, el Día Mundial del Alzheimer, conmemorado el 21 de septiembre, brinda luz sobre los misterios de esta enfermedad neurodegenerativa.
La importancia de un estilo de vida saludable, el papel de la terapia, y los desafíos emocionales y conductuales que enfrentan pacientes y cuidadores.
Aún no he tenido la oportunidad de ver la película «Memoria Infinita», en la cual la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora nos muestran cómo es su vida después de que a él le diagnosticaran un Alzheimer bastante temprano. Sin embargo, todas las personas que me la han comentado y recomendado no han quedado indiferentes, ya que esta enfermedad es devastadora. Por un lado, dejas de ser tú, y no lo digo de forma peyorativa, pero tus capacidades cognitivas se van apagando, al igual que tu habilidad para retener información. Por otro lado, aquellos que están a tu lado deben aprender a convivir con «ese nuevo tú», que requiere de amor, paciencia y valentía para enfrentar el deterioro.
Esta realidad la viven muchas personas en el mundo, por lo cual, cada 21 de septiembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Alzheimer. Esta fecha tiene como objetivo destacar uno de los mayores desafíos de salud y bienestar del siglo XXI. Iniciado por Alzheimer’s Disease International (ADI) en 1994, este día busca elevar la conciencia pública, impulsar la investigación y brindar apoyo a quienes se ven afectados por una enfermedad que representa una epidemia silente.
Un Viaje al Interior de la Enfermedad
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa compleja y aún enigmática, porque aun sus causas no están determinadas. No obstante en palagras simples se define como una enfermedad progresiva que afecta al cerebro, causando la pérdida gradual de la memoria, la capacidad de pensar y la función cognitiva en general. A medida que la pataolgía avanza, las personas afectadas pueden tener dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas, comunicarse y, en última instancia, cuidar de sí mismas.
Cabe señalar que los signos iniciales incluyen la pérdida de memoria a corto plazo, la desorientación temporal y espacial, la dificultad para encontrar palabras y la pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas.
Es una afección compleja , tanto para quienes la padecen como para sus seres queridos, ya que la calidad de vida de los pacientes disminuye significativamente, y la esperanza de vida después del diagnóstico varía, pero suele oscilar entre 4 y 8 años.
Cifras en aumento en Chile y el mundo
En la actualidad, más de 50 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, una cifra que se estima se triplicará, llegando a 152 millones para el año 2050. La prevalencia de esta enfermedad varía significativamente, afectando al 8% de los individuos de 65-70 años, al 20% de aquellos mayores de 75 años, y a un asombroso 25% a 50% en los mayores de 85 años.
Según el último Informe de Estadísticas Vitales del INE, en nuestro país más de 200 mil personas viven con algún tipo de demencia, siendo el Alzheimer el más común. En 2020, se registraron 2.180 defunciones debido a esta enfermedad, afectando a 698 hombres y 1.482 mujeres. Los expertos proyectan que para 2050, más de medio millón de chilenos podrían verse afectados por el Alzheimer.
Desde 2017, Chile ha implementado un Plan Nacional de Demencias destinado a mejorar la salud mental y la inclusión social, con acciones específicas dirigidas a las personas con demencia y sus cuidadores. Este enfoque ha resultado en la creación de Unidades de Memoria en diversas regiones del país, con el objetivo de brindar atención especializada a quienes padecen estas patologías. Asimismo, en 2019, tanto el Alzheimer como otras demencias fueron incluidas en la canasta de Garantías Explícitas de Salud (GES), un logro alcanzado gracias a la colaboración de diversas organizaciones civiles y médicas, ero eso también significo que dejó de inyectarse recursos en el plan nacional, lo que se detuvo su expansión
La incorporación de esta enfermedad al GES contempla:
- Cobertura en el diagnóstico,
- Exámenes
- Tratamiento farmacológico para estos tipos de demencia.
Según los especialistas, aún queda un largo camino por recorrer, especialmente considerando que Chile ha experimentado un envejecimiento acelerado en la última década, marcado por una disminución histórica en la tasa de fecundidad. Esto apunta hacia un aumento significativo de la población adulta mayor en las décadas venideras.
Factores Protectores: El papel del estilo de vida
Si bien la genética juega un papel importante en el riesgo de desarrollar Alzheimer, existen factores protectores en el estilo de vida que pueden ayudar a reducir el riesgo de la enfermedad.
- La adopción de una dieta equilibrada rica en antioxidantes, grasas saludables y nutrientes esenciales puede promover la salud cerebral.
- El ejercicio regular también ha demostrado ser beneficioso, al mejorar el flujo sanguíneo cerebral y reducir la inflamación.
- El mantenimiento de conexiones sociales y cognitivas activas a lo largo de la vida puede retrasar el inicio del Alzheimer.
- Mantenerse mentalmente estimulado mediante la lectura, el aprendizaje continuo y la participación en actividades sociales puede ayudar a preservar las funciones cognitivas.
- Evitar fumar.
- Controlar los factores de riesgo cardiovascular, incluida la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes.
- Mantener un peso saludable.
- Cuidar la salud mental.
- Evitar las lesiones en la cabeza.
- Tratar la pérdida auditiva.
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
El Rol de la Terapia y la Atención Psicológica
La enfermedad de Alzheimer no solo afecta el cuerpo, sino también la mente y el espíritu. La terapia psicológica desempeña un papel esencial en el manejo de los síntomas emocionales que a menudo acompañan. Los pacientes pueden experimentar ansiedad, depresión y agitación, y la terapia puede ayudar a proporcionar apoyo emocional y estrategias para enfrentar estos desafíos.
Es importante destacar que también puede manifestarse en síntomas conductuales desafiantes, como agresividad, alucinaciones y paranoia, lo que pueden ser extremadamente angustiantes tanto para los pacientes como para los cuidadores. La comprensión y la capacitación en el manejo de estos síntomas son esenciales para mantener un ambiente seguro y saludable para todos los involucrados.
En ciertos casos se ejecutan terapias farmacológicas que son son paliativos para reducir los síntomas como: agitación, pueden tener fenómenos psicóticos, depresión, trastornos del sueño, agresividad y deambulación errante.
El estrés en los familiares y/o cuidadores
El Alzheimer es una enfermedad que, además de afectar a quien la padece, ejerce un profundo impacto en sus seres queridos, especialmente en aquellos que asumen el papel de cuidadores. En este viaje lleno de desafíos, los familiares se enfrentan a una montaña rusa emocional mientras luchan por mantener la calidad de vida de sus seres queridos.
Si experimenta regularmente alguno de estos síntomas de estrés, es fundamental hablar con su médico. Ignorar estos signos puede tener un impacto perjudicial en su salud tanto física como mental.
- Negación de la Enfermedad: Creer que el ser querido mejorará, negando la realidad del diagnóstico.
- Enojo y Frustración: Experimentar enojo hacia la persona con Alzheimer debido a su incapacidad para realizar tareas cotidianas.
- Aislamiento Social: Alejarse de amigos y actividades que antes eran gratificantes.
- Ansiedad por el Futuro: Preocuparse por cómo enfrentar los desafíos que el futuro pueda traer.
- Depresión: Sentir que la situación es abrumadora y perder el interés en las cosas.
- Agotamiento Extremo: Sentirse exhausto y desbordado por las tareas diarias de cuidado.
- Insomnio: Experimentar dificultades para dormir debido a preocupaciones constantes.
- Irritabilidad: Mostrar mal humor y reaccionar negativamente ante situaciones.
- Falta de Concentración: Tener dificultades para completar tareas familiares debido a la distracción.
- Problemas de Salud: Experimentar problemas físicos y mentales debido al estrés acumulado.