Después de las cuatro décadas, tus elecciones de vida se reflejan en la salud. Descubre qué estilo de vida puede ser tu aliado o enemigo en esta travesía.
Recuerdo cuando cumplí 40 y sentí el peso de cambiar de folio … Al comienzo no vi ninguna diferencia, pero ya que han pasado ciertos años de eso, créanme que sí. Llegaron las canas, mi hipotiroidismo se acompañó de Hashimoto y para que voy a hablar de los carretes que me tienen reponiéndome dos días seguidos… ¡Maldito metabolismo que se aletarga también!
Me lo tomo con humor, porque eso también dan los años, no ver tan dramáticas las cosas cuando son imposibles de cambiar, entonces es mejor reír y aumentar las arruguitas al costado de mis ojos que dan cuenta de todas las historias buenas y malas que mi cuerpo ha combatido.
Cuando te vuelves cuarentón, los hábitos cobran vida y pasan la cuenta, marcando la diferencia entre con la juventud llena de vitalidad. Es esencial reconocer la importancia de cambiar estos hábitos perjudiciales a medida que envejecemos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento como la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y a un mayor riesgo de presentar enfermedades, por eso adoptar un estilo de vida saludable, centrado en una alimentación equilibrada, ejercicio regular, gestión del estrés y cuidado de la salud mental, parecen ser vitales para la calidad de vida y por ende el disfrute.
De acuerdo a distintos estudios te cuento cuáles son los 10 hábitos que debes empezar a despedirlos en caso de que seas arte del club de las 4 décadas.
Hábito 1: Dieta poco saludable
Consecuencias médicas: Una dieta rica en grasas saturadas y azúcares puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. En general todo empieza a disminuir, nuestra masa ósea, muscular, la capacidad de nuestro cuerpo para eliminar sustancias tóxicas, y en cuanto a nuestro sistema inmune podemos decir que tardará un poco más en reaccionar ante ciertos virus.
Hábito 2: Fumar
Consecuencias médicas: El tabaquismo está relacionado con un mayor riesgo de cáncer, enfermedades pulmonares crónicas y patologías del corazón, que se vuelven más frecuentes y graves a medida que envejecemos. El consumo de tabaco altera las defensas, tanto a nivel del árbol respiratorio.
Hábito 3: Falta de ejercicio
Consecuencias médicas: La inactividad puede llevar a la pérdida de masa muscular, osteoporosis y un aumento del riesgo de problemas articulares y musculares. Un estudio ingles de 2017 que siguió el nivel de actividad de 8000 adultos mayores de 45 años demostró que quienes vivían en sedentarismo tienen casi el doble de riesgo de mortalidad que quienes viven activos.
Hábito 4: Estrés crónico
Consecuencias médicas: El Dr. Daniel López Rosetti, reconocido cardiólogo y especialista en Medicina del Estrés, subraya en sus ensayos que, aunque el estrés es un fenómeno natural e inevitable a lo largo de la existencia, es esencial gestionarlo adecuadamente. La clave radica en evitar que ante situaciones traumáticas o tensas se prolongue en el tiempo y se convierta en estrés agudo, ya que genera un impacto directo en el cuerpo, como por ejemplo: riesgos de enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas muy visiblemente en trastornos gastrointestinales. También puede causar constantes dolores de cabeza tensionales, disfunción sexual y caída del cabello. Además del cambio en la química del cerebro que lleva a patologías de salud mental.
Hábito 5: Falta de sueño
Consecuencias médicas: Es un saboteador silencioso que se infiltra en nuestra vida cotidiana, socavando nuestra función cognitiva, incrementando el riesgo de enfermedades neurodegenerativas y debilitando nuestra inmunidad. Dormir menos de las sagradas 7 u 8 horas se convierte en una receta para desastres que se manifiestan en diversas formas. Afecta nuestra memoria, nuestra serenidad, y hasta nuestros niveles de cortisol, desencadenando una cadena de efectos que impactan todos los aspectos de nuestro bienestar.
Es fundamental entender que nuestro cuerpo, sin excepción, necesita ese tiempo de descanso, SÍ O SÍ.
Hábito 6: Consumo excesivo de alcohol
Consecuencias médicas: El impacto negativo del exceso de alcohol abarca una amplia gama de áreas, desde daños hepáticos hasta un incremento en el riesgo de enfermedades pancreáticas. Este hábito también contribuye al deterioro de la salud mental, aumentando la probabilidad de experimentar problemas como: depresión, ansiedad y trastornos del sueño. Además, se ha identificado una preocupante relación entre el consumo desmedido de alcohol y condiciones médicas como la hipertensión, enfermedades hepáticas y cardíacas, derrames cerebrales y diversos tipos de cáncer.
El «consumo excesivo de alcohol» se define como la ingesta de ocho o más bebidas a la semana”.
Hábito 7: Exposición inadecuada al sol
Consecuencias médicas: No solo incrementa significativamente el riesgo de cáncer de piel, sino que también desencadena un envejecimiento prematuro que se manifiesta en forma de arrugas y manchas.
No debemos pasar por alto que no solo la exposición directa al sol es la culpable de estos daños, ya que algunas superficies como la arena, el agua o la nieve pueden reflejar los dañinos rayos UV, lo que significa que la piel está en riesgo, incluso cuando no percibimos el sol directamente. Por tanto, proteger nuestra piel de forma adecuada es una inversión crucial para mantener su salud y belleza a lo largo del tiempo.
Hábito 8: Consumo excesivo de azúcar
Consecuencias médicas: Una dieta rica en azúcar se asocia de manera alarmante con un mayor riesgo de padecer enfermedades graves, incluyendo el cáncer, diabetes, males cardíacos, hepáticos y renales. Además, investigaciones recientes destacan la influencia de esta dieta en la salud mental y la función cerebral.
Para poner las cosas en perspectiva, la Asociación Americana del Corazón establece una recomendación de no más de 9 cucharaditas de azúcar añadido por día para los hombres y 6 cucharaditas por día para las mujeres. Lamentablemente, el adulto promedio consume alrededor de 17 cucharaditas de azúcar diariamente, lo que representa casi el doble del límite para los hombres y el triple del límite para las mujeres.
Hábito 9: Ignorar la salud bucal
Consecuencias médicas: La falta de atención dental no debe subestimarse, ya que puede dar lugar a una serie de problemas bucales como: afecciones de las encías, caries, pérdida de dientes, y en casos extremos, un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Pero los efectos adversos no se limitan solo a la boca. La disminución del apetito puede manifestarse, ya que la falta de atención dental puede llevar a la reducción de la producción de saliva y jugos gástricos, lo que, a su vez, puede dificultar la masticación efectiva de los alimentos. Esta dificultad en la masticación puede deberse a problemas dentales que limitan nuestra capacidad para realizar este movimiento bucal fundamental.
Además, la falta de atención dental también puede afectar nuestros sentidos del gusto y del olfato con el tiempo, lo que hace que sea más difícil identificar y disfrutar los sabores y olores de los alimentos.
Hábito 10: Aislamiento social
Consecuencias médicas: La falta de interacción social no solo puede pesar en nuestra salud mental, sino también aumentar el riesgo de enfermedades vinculadas al estrés y la soledad. La conexión humana se revela como un auténtico elixir para el alma y, respaldada por la ciencia, emerge como uno de los secretos fundamentales para una vida más larga y saludable.
El doctor Sachin Shah, destacado profesor de la Escuela de Medicina de Harvard y líder de la investigación, destacó: «A menudo ponemos demasiado énfasis en las condiciones médicas cuando reflexionamos sobre la longevidad. Sin embargo, esta investigación demuestra que nuestra vida social es igual de importante que las enfermedades». Así que, en última instancia, esta investigación subraya la importancia de mantener conexiones significativas con otros seres humanos para una vida larga y plena.
Enfermedades que aparecen y sus razones:
Lo primero que hay que decir es que ignorar las revisiones médicas regulares es un pésimo hábito. No realizar exámenes médicos de rutina puede retrasar la detección temprana de enfermedades, lo que dificulta el tratamiento efectivo de afecciones médicas que se vuelven más comunes con la edad.
- Enfermedades cardiovasculares: A medida que envejecemos, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas debido a la acumulación de placa en las arterias y cambios en la presión arterial.
- Diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina se vuelve más común con la edad, lo que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.
- Cáncer: El riesgo de cáncer aumenta con la edad debido a la acumulación de mutaciones genéticas y la exposición prolongada a carcinógenos.
- Enfermedades neurodegenerativas: Con el envejecimiento, se vuelve más común el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson debido a cambios en el cerebro.
- Problemas articulares y óseos: La degeneración del cartílago y la pérdida de densidad ósea pueden dar lugar a artritis y osteoporosis.